jueves, 24 de octubre de 2013

Las mamás somos casi doctoras... y ellos nuestros mejores aliados

A propósito del día del médico, que fue ayer:

Cuando era soltera y no era mamá, no sabía que el Tempra es lo mismo que el Paracetamol y que el Advil es el Ibuprofeno; tampoco que el Cataflan es el Dicoflenaco y que el Claritine es la Loratadina.
No tenía ni idea de nada más allá que las cafiaspirinas.

Ahora, 4 años después y con dos hijas de 1 y 3 años... PREGÚNTENME para qué son y hasta cuál es la dosis para cada una, en qué casos se deben de tomar y hasta cuánto cuestan... Yo sé qué es el combivent, el evastel, la amoxilina, el suero fisiológico, el flumil, el rinelon, en montelukast, el famosisimo ESPAVEN, el mucolin, el uniclar...

No cabe duda que cuando eres mamá, te vas volviendo un poco doctora, un poco enfermera, paramédico...

Pero sin duda, en esta etapa de mi vida valoro más el trabajo de los médicos, desde el ginecólogo, la enfermera partera, el anestesiólogo, la enfermera normal y el tan adorado pediatra... bueno, a todos los médicos.

¿Qué haríamos los papás sin ellos? Cómo agradecerles que nos saquen de la angustia la primera noche que llega el primer bebé a casa y no para de llorar. No sabe uno lo que tiene y la llamada a las 4 am al pediatra es inevitable: "¡¡doctor, no deja de llorar!!!" y el pobre doctor adormilado contesta: "sólo tiene que darle de comer señora, lo único que tiene es hambre"... ¡¡plop!!

Y todo lo demás que hacen por nosotros, desde las cosas más sencillas, hasta las más complicadas... la verdad, junto con los maestros son nuestros mejores aliados.

Tarde pero seguro, felicidades a todos los doctores y a todas las mamás, que somos doctoras del cuerpo y del alma de nuestra familia.