jueves, 4 de diciembre de 2014

De cuando las mamás lloramos hacia adentro y de cuando nuestros hijos lo perciben:

Hoy fue uno de esos días en los que lloras hacia adentro. No sé si les haya pasado, de esas veces que sientes que las lágrimas necesitan salir pero no salen y menos porque estás frente a tus hijos, jugando con ellos, dándoles de cenar, en la rutina de la hora de dormir que es, las más de las veces, apresurada y constante.

Así estaba yo hoy, un tanto cansada por haber tenido una semana difícil. Entre el agotamiento por las desveladas, por el trabajo, por tener a mis hijas enfermas al mismo tiempo justo en estos días, lo normal es que el cuerpo reclama y llega un punto en que hasta las emociones estallan.

Y ahí estaba yo, llorando hacia adentro, entre la bañada de las niñas, cambiarles la pijama, darles de cenar, jugar con ellas, desenredarles su cabello. Mientras ellas cantaban, jugaban, se peleaban, se volvían a contentar, gritaban, reían.

Aún en medio de este ruido, la más pequeña, la de dos años me vio y me dijo, "ven mamá, acuéstate, acuéstate". Mi primera reacción fue decirle que no, pues tenía que hacer mil cosas. Me insistió agarrando mi mano, "acuéstate mamá, estás enferma". Y la de cuatro años le siguió, "acuéstate a ver la tele mamá".

Me conmoví, me acosté, cerré los ojos y en ese instante se salieron de mi alma una cantidad inmensa de lágrimas, tantas que no podía parar. Y así las lloré, en silencio mientras ellas veían la tele y yo mojaba la cama de llorar.

Y no contenta con mandarme a acostar, mi pequeña de dos años me revisó los oídos y fue a la cocina por el pedacito de quesadilla que no se comió y me lo dio, para que yo me lo comiera. Y me lo dio en la boca y yo por dentro otra vez, seguía llorando pero ahora de emoción.

¡Cómo no los vamos a amar¡ nuestros hijos, perciben nuestros sentimientos. Yo, cada vez las amo más.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Lo bueno que se da, regresa

Hay momentos en la vida en que a uno no le va tan bien, que los problemas, retos y hasta carencias materiales y/o espirituales se hacen presentes. Sin embargo, estoy convencida que aún en esos momentos es importante no perder de vista apoyar a quien puedas hacerlo.

Y es que cuando uno comparte y apoya a otros, siempre la vida lo regresa de alguna manera en el momento oportuno.

¿Pero cómo apoyar a los demás si estoy pasando por dificultades, si no tengo dinero, si estoy saturada de trabajo, si necesito más bien la ayuda de otros? Piénsalo bien, siempre hay la forma de colaborar con los demás: desde prestar dinero, dar empleo, recomendar a la persona, compartir sus cualidades con los demás, hasta simplemente escuchar, dar una sonrisa, abrazar, consolar.

Y es curioso, no es que uno dé por la conveniencia de recibir, no va por ahí; más bien es al revés, cuando tu compartes, das, apoyas, entonces Dios te da el ciento por uno en forma no necesariamente material, a veces el ciento por uno son nuevas oportunidades, nuevos amigos, nuevos retos o hasta una manera diferente de ver la vida.

Creo que esto lo aprendí de mi mamá. Yo veía cómo ella, a pesar de vivir muchas veces dificultades económicas muy fuertes, si alguien tocaba su puerta pidiendo algo para comer, ella siempre tenía algo que compartirle. Y ahora que lo pienso, mi papá es igual, aún en medio de las carencias, él siempre tiene una moneda para el señor que empaca las cosas del súper, para el señor que en el estacionamiento del centro comercial se gana la vida “silbando”. Y sí… la vida a mis padres nunca los ha dejado desamparados. Yo quiero también dejar este legado a mis hijas.

Quienes me conocen sabrán que me gusta ayudar, me gusta compartir lo que los demás hacen, si alguien me cuenta un problema, inmediatamente me pongo a pensar la forma en que puedo apoyarle, no tanto desde la creencia de que esa persona no puede, sino al contrario, más bien con la convicción (como buena psicoterapeuta humanista) de que, al estar yo fuera de esa persona, puedo ver opciones distintas que le pueden apoyar en su crecimiento, si ella decide que las quiere tomar.

Sí, en mi vida soy testigo de que el bien que das regresa, porque desde que tengo memoria, Dios ha puesto en mi vida muchos ángeles guardianes. Ellos saben quiénes son, de hecho son MUCHOS y lo saben porque también siempre he sido agradecida y me siento clara y tranquila de que siempre se los he reconocido. Y también creo que he sido un ángel para otras personas y lo seguiré siendo simplemente porque… ¡no lo puedo evitar!

Mamás… quienes trabajan desde su hogar, quienes lo hacen remuneradamente, quienes lo combinan, todas: Tenemos que apoyarnos, abrirnos las puertas las unas a las otras porque todavía es un reto para la mujer soltera o para la mujer mamá, ser reconocida y encontrar opciones que le permitan armonizar su vida laboral y familiar. Todas debemos empujar esto.

Amigos, hay que seguir con esta cadena de favores, en la que todos ganamos, en la que no hay competencias, ni envidias, ni mejores, ni peores, simplemente personas que tenemos caminos únicos e irrepetibles, tiempos perfectos de Dios. Compartamos, apoyemos a nuestro esposo, hijos, hermanos, padres, amigos, conocidos, la recompensa viene en el simple hecho de hacerlo.



domingo, 8 de junio de 2014

¿Cómo recuperarse de la resaca después de la fiesta... Cuando eres papá?

¿Cómo recuperarse de la resaca después de una fiesta... Cuando eres papá?

No, no  no. Ya no es lo mismo ir de fiesta cuando uno estaba soltero que cuando uno tiene hijos.
Quedaron atrás esas mega desveladas en la que podías irte de antro o tener reunión en tu casa hasta las 6 o 7 de la mañana y ese mismo día dormir a pierna suelta hasta las 2 o 3 de la tarde.
No, no, no. Ya no es lo mismo.
Quedaron atrás las salidas entre semana, miércoles o jueves en La Lune cantando hasta las 4 am. Esa gran fuerza que tenías para levantarte 3 horas después, para darte un baño, tomarte un café cargado e irte a trabajar como si nada.
Uffffff, no, no, no. Ya no es lo mismo.
Ahora el 90 por ciento de tus reuniones son en casa de los amigos o de los compadres. El ambiente es totalmente familiar: señoras haciendo la comida y platicando en la cocina entre tortillas, guisados y chisme rico. Señores en la sala o en el jardín tomando cerveza, arreglando el mundo. Niños corriendo y brincando por toda la casa, riendo, llorando, gritando, llorando, riendo, gritando.
La desvelada a lo mucho se extiende a las 2 de la mañana; a veces sales con tus hijos no sin antes tener que buscarlos en algún lugar de la casa en el cual se quedaron dormidos. En otros casos, el camino de regreso es un buen arrullo para las criaturas, lo cual es bueno; pero lo malo es la cargada de los pequeños hasta sus camas, y más si te mandaron con el platito de pastel de fiesta. 
Y sí, terminas durmiéndote como a las 3 am, sientes que un camión te pasó encima y luego se regresó para rematarte. Caes como bulto con la ilusa esperanza de que, al día siguiente, tus pequeños monstruos ubiquen que también están desvelados y que pueden dormir tranquilos ¡por favor¡ hasta las 2 de la tarde.... Sabes que esto no va a suceder nunca, pero siempre tienes esa esperanza.
Pero no, no, no. Ya no es lo mismo. A las 7 de la mañana ya están ahí, con sus hermosas vocecitas, en pijama hablándote como si en realidad estuvieras despierto... "Mami, quiero leche; papi, quiero ver a Peppa; mami, quiero galleta; papi, vamos a jugar".... 

No, ya no es lo mismo. Pero también es increíble y aún con resaca y sueño que nunca recuperaré, no lo cambiaría por nada.

miércoles, 23 de abril de 2014

¡Yo no nací para ser mamá!

¿Alguna vez has pensado que no naciste para ser mamá? ¿Te ha pasado por la mente en uno de esos momentos de desesperación, que por cierto vivimos todas?
No estás sola: yo lo he vivido y conozco el testimonio de muchas mamás que como tú y como yo, lo han sentido.
Cuando esto sucede, valdría la pena que te preguntaras, qué es lo que está causando este pensamiento que llega a tu mente y corazón.
A veces sentimos que no podemos más, que estamos demasiado agotadas, que esto de la maternidad quizá no era para nosotras, que nos equivocamos de vocación, que igual hubiera sido mejor irnos de monjas... Y vemos a nuestros retoños, y llegan esos sentimientos al parecer tan distantes: ese cansancio, ese enojo ante tanta travesura, esa desesperación ante una casa eternamente desordenada, esa rabia ante los berrinches, esa fatiga ante las desveladas. Pero también esa ternura cuando los vemos, ese inmenso cariño cuando nos abrazan y besan, esa admiración nunca antes vista ante sus primeros logros, ese amor que jamás habíamos experimentado y que se desborda.
Cuando lleguen los pensamientos de desesperanza, valdría la pena que te preguntaras qué es lo que los está causando. En definitiva no son tus hijos ni es la maternidad, porque en tus momentos de paz sabes que amas ambas cosas.
Quizá sea ese trabajo que tienes que hacer por ganar un poco más de dinero y que no te gusta hacer. Quizá sean esas deudas interminables que te quitan el sueño; quizá sea ese afán necio de querer bajar de peso y verte como las modelos de las revistas, ese verte al espejo y no aceptarte como eres y no gustarte como eres. Quizá sea esa auto exigencia de querer hacerlo todo perfecto, ese afán de querer tener la casa brillante y rechinando de limpia. Quizá sea esa necesidad de querer agradar a los demás y "demostrar" que eres la mejor mamá, la que viene en los manuales y en las revistas. Quizá esa necesidad desmedida y maligna de querer tener y poseer más bienes materiales, ir a los mejores y costosos viajes, tener la casa y los autos más deslumbrantes. Esa creencia que te has inventado de que solo lo más caro es lo mejor. (Ojo, no digo que viajar y tener cosas materiales costosas sea malo, lo malo es el apego y el descuidar lo verdaderamente valioso por el afán de lo material)
Descansa ya de tanta locura, pon límites, deja de hacer eso que no te gusta y que haces sólo por aparentar, por verte bien ante este mundo tan superficial.
Haz lo que tienes qué hacer; si quieres trabajar y ganar dinero, hazlo porque te gusta, porque te hace plena y cuida de mantener un ambiente de amor alrededor de tus hijos. He comprobado que el mundo también necesita de esas mamás que se desempeñan en el ámbito profesional. Hazlo con amor y por amor a ti y tu familia y no al dinero y posesiones, y quédate tranquila y sin culpas, pues segura estoy que estás dando lo mejor de ti a tus hijos y estás haciendo un quíntuple esfuerzo.
Si decides estar en casa al cien por ciento, vívelo plenamente y sin frustración, VALÓRATE. Agradece la oportunidad que tienes de estar con más detalle al cuidado de tu familia, tente paciencia si los logros profesionales se ven lejos, créeme que esos logros algún día llegarán y te tomarán con más experiencia en la vida, con otro tipo de talentos desarrollados. Y sobre todo, sigue actualizándote, leyendo, cultivándote; el hecho de ser ama de casa no te da derecho a no seguir desarrollando tu mente y tu espíritu.
Mamás todas: Disfrutemos lo que en el fondo de nuestro corazón SABEMOS QUE AMAMOS. Disfrutemos nuestra maternidad pues en sí misma es un don, un regalo de Dios y nos da un valor incalculable. 

La buena noticia es que... ¿Sabes? Eres mamá y NACISTE PARA SERLO... Tienes todas las herramientas para lograrlo, eres una EXCELENTE MAMÁ.

lunes, 17 de marzo de 2014

Anne Lice Hernández: vivir la congruencia, básico para mamás... y papás

Día 15
Historia 15
17 de marzo de 2014

Anne Lice Hernández Alba

Anne tiene dos hijas de 8 y 7 años. Actualmente trabaja en gobierno federal y lo que la motiva es lograr su superación personal y aportar a la economía familiar.

Antes de ser mamá, Anne Lice nos comparte que, como muchas de nosotras, su vida estaba llena de mucho trabajo combinado con mucha vida social, también. Después, cuando nació su primera hija, la vida social se acabó en buena parte, el trabajo siguió igual de cargado, pero conoció el verdadero amor... la maternidad, sus hijas. "Ha sido la experiencia más importante en mi vida", nos comparte.

Anne Lice nos abre su corazón y nos confiesa que uno de los momentos más azarosos en este camino ha sido cuando perdió a su primer bebé. Otro momento importante es algo que en realidad es permanente: "ser congruente con lo que hago y digo".

Descubro en Anne a una mujer sencilla y honesta. Cuando le pregunto de los momentos más difíciles en el camino de la maternidad, más que hablarme de las desveladas, los berrinches, las desmañanadas (que también son difíciles por supuesto), ella toca dos temas muy valiosos. El primero de ellos es la pérdida de un hijo y aquí me solidarizo con todas las mamás que han pasado por este momento, porque cuando eres mamá, sabes que dentro de ti hay una vida, aunque no tenga todavía quizá manos, o piernas, aunque no lo puedas ver ni tocar, dentro hay un ser humano grandioso, con todas las posibilidades. Tan fascinante es la vida ahí dentro, que cuando se llega a perder, causa dolor en la madre, en la familia y en todos los que esperaban a ese pequeño. Qué importante para una madre reconocer que ahí dentro de ella estaba su hijo, qué importante elaborar ese duelo también.

Por otro lado, Anne menciona como momento difícil, el vivir la congruencia. Y es que, ciertamente, cuando somos padres la congruencia está a prueba a cada instante. Desde la forma en que comemos, los hábitos de higiene, la disciplina, la honestidad. Nuestros hijos son nuestros mejores observadores, ellos hacen lo que ven de nosotros, desde las cosas más sencillas hasta las más complejas. Qué importante de verdad lo que resalta Anne, vivir la congruencia en todo, desde la casa hasta el trabajo, unidad de vida que nuestros hijos notarán y querrán imitar.

Anne Lice también nos dice que en estos tiempos ha aprendido bastante de sus hijas y de su esposo, y en este camino el aprendizaje es en si mismo una fuente de gozo y satisfacción, "estas niñas sacan lo mejor de nosotros", nos dice.

Uno de los principales miedos que pasan por la mente y el corazón de Anne, es faltar a la congruencia como ser humano y no poder estar el tiempo suficiente con sus hijas por su trabajo.  Sin embargo; ella cuenta con una gran fortaleza para enfrentar cualquier temor: ella se ama a sí misma y a los demás.

Actualmente, muchas son sus motivaciones para vivir, lo que da sentido a su vida. Nos comparte: "Me motiva crecer más como persona, me motiva mi esposo y mis hijas, ser mejor por mi y para ellos".

Solidez, fortaleza, felicidad, estabilidad y humanismo, son las palabras que mejor definen a esta mujer tan trabajadora, quien nos comenta que nosotras podemos aportar al mundo una óptica diferente a la del hombre, más integral, con más sentimiento... "pero no todas pueden", culmina.

Mi primer pensamiento es cuestionante al leer esta última frase de Anne... "pero no todas pueden", y encuentro que quizá suceda que "no todas quieran darse al mundo, aportar lo mejor de sí".... Ojala todas quisiéramos, desde el hogar, desde la familia, desde el trabajo remunerado, desde el voluntariado; se necesita tanto de nuestra óptica, como Anne Lice nos dice.

"La realidad no existe, se construye paso a paso", es la frase con la que Anne se siente identificada y me gusta que lo diga así, porque me habla de una mujer que sabe que en la vida hay que esforzarse, que nada le ha sido gratis sino que ha puesto empeño para lograr llegar hasta donde está. Y no hablo sólo del terreno profesional, llegar a donde está es también ser madre, tener su familia y seguir con una actitud victoriosa en la vida, a pesar de las pérdidas, de los dolores, del sacrificio. Todo esto también ha formado parte de lo que hoy es Anne Lice, sin embargo, cuando uno la ve, te inspira tranquilidad, trabajo, disposición. Creo que conocerla te trae a la mente un "la vida sigue y es simple, sólo hay que seguir avanzando".

Y precisamente, acabando yo de escribir las líneas anteriores me doy cuenta de que no me equivoco; ella es poseedora de un espíritu práctico que en verdad necesitamos aprender y vivir las mamás. Ella es sin complicaciones. Cuando me habla de las herramientas que una mamá puede desarrollar para "no morir en el intento", simplemente me dice, algo que no por ser sencillo, deja de ser fascinante... "seguir mi instinto, todo mundo te da consejos, pero yo el único que seguí fue el de mi ginecólogo al decirme que a todo mundo escuche y le diga que sí, pero que al final del día solo siga mi instinto, que nadie sabrá tanto como yo qué es mejor para mis hijas".

¡Wow! Me encantó... Y es que creo que, sobre todo al principio de la maternidad y más con el primer bebé, a las mamás se nos "enredan mucho los cables". Amigas, familiares, vecinas, todas con la mejor de las intenciones nos dicen mil cosas y nosotras a veces nos confundimos. En mi experiencia, puedo decir que también me confundí y que como dice Anne, también escuché, pero al final seguí a mi corazón. De hecho es algo que precisamente "aconsejo" a mis amigas (hablando de consejos jaja). Les digo: "escúchanos a todas, pero al final de cuentas tú decide, nadie mejor que tú sabrá".

Anne también tiene sueños por realizar, entre ellos lograr muchos objetivos con sus hijas día con día, seguir trabajando y aumentar sus estudios. "Por supuesto, conservar mi matrimonio y fortalecerlo aún más", nos dice.

Claro que sí, así te veo Anne. Súbete a más aviones, viaja, sueña, vive, porque muchas mujeres viajamos y soñamos en ti, porque necesitamos conocer más mamás como tú, que afrontan las horas con valor, que se juegan la vida día con día por vivir en unidad y amor para su familia y para su país. Necesitamos ver más Anne Lice en el mundo, que nos muestren con su ejemplo -como tú- que la familia, la felicidad, el trabajo, el éxito, parten de un sueño pero se cristalizan cuando ponemos manos a la obra.


Te invito a que sigas estas y otras historias en mi página de FB La Mamá Primeriza y en @lizmendivil

domingo, 16 de marzo de 2014

Pilar Ochoa: Mi fortaleza es Dios, porque "todo lo puedo en Aquél que me conforta".

Día 14
Historia 14
16 de marzo de 2014

María del Pilar Ochoa Méndez

¡Me encanta Pili! Una mamá joven y jovial, una chica que combina muchas cosas. De esas mujeres que las puedes notar inteligentes, profundas, sumamente espirituales, muy femenina, capaces, pero a la vez te sorprenden con su actitud divertida, locochona, alegre, bailadora...  Pili es una hermosa mamá, por lo pronto de una pequeña muy bendecida al tenerla a ella como madre.

Pili, a parte de todo escribe, y escribe muy bien. Pili tiene mucho qué decir, y lo que dice lo dice muy bien y llega al corazón porque cuando uno habla de lo que uno vive y siente de verdad, esas cosas llegan realmente. Pili escribió su historia la cual te copio literal a continuación; ella recoge en sus propias vivencias mucho de lo que cada una de nosotros a vivido. Te invito a que la leas y estoy segura, que mucho de lo que ella te dice, va a serte de mucha utilidad.

Sigue escribiendo tu propia historia Pili, como hasta ahora, con ese entusiasmo por vivir, esa fe tan grande y amor a Dios, ese espíritu de conquista y ese afán que tienes por hacer el bien. La verdad, yo no lo descarto... yo sí te quiero tener como Presidenta de la República. Tú tampoco lo descartes. Aquí se las dejo...

Por: Pili Ochoa

Hoy fue uno de esos días. Adoro a mi hija, la amo con locura, pero hoy fue
uno de esos días en los que a ratos pido esquina. No puedo hablar acerca de
ser madre sin mostrar esta que, si no es "la cara oscura de la maternidad",
es una que muchas omitimos. Involuntariamente, claro; la experiencia de ser
mamá es tan increíble, tan llena de alegría, admiración, sorpresa,
adoración, que a veces olvidamos las noches en vela, las llamadas al
pediatra a las 3am, las rozaduras, los celulares inservibles a fuerza de
babitas, etcétera.

Vengo de una familia grande, ¡somos nueve! Con seis hermanos, por supuesto
que me tocó compartir el elegante papel de hermana "sándwich". Las
peripecias de una familia grande me formaron como soy, estoy convencida
también de que mis sobrinos me prepararon un poco para el papel de mamá.

Un poco, porque en realidad  nunca estás preparada. De niña jugué a la
casita, con Barbie y Ken, pero no puedo decir que mi sueño era ser mamá.
Yo cambiaría el mundo, sí, pero como la primer presidenta de México, de
alguna otra forma heroica y poderosa. La vida me fue llevando por otro
camino, el de la educación, y el de los temas de mujer y familia.

Hoy soy mamá de una hermosa y traviesa pulga de 20 meses, que camina como
una diva por la vida, saludando y haciéndole ojitos a cualquiera que cruce
su camino (no exagero, ¡a cualquiera!, mi chaparra coqueta),  que hace dos
meses aprendió a decir "abuelo", y se lo grita al primer señor medianamente
canoso que encuentre por la calle. La misma que hoy terminó de deshacer mi
labial favorito, rayó mis sábanas con pluma y se alimentó únicamente con
calabacitas, guayaba y mango.

Hago malabares para trabajar, dando clases, talleres y conferencias, y
ayudando a mujeres o parejas a conocer su salud ginecológica y fertilidad
para que ellas puedan cuidar su salud, buscar o evitar un embarazo,
trabajar en su relación, lo que cada mujer o pareja quiera. Soy
FertilityCare Practitioner, o profesional en el cuidado de la fertilidad.
Debo decir que me encanta lo que hago porque estoy convencida de que todas
las mujeres tenemos derecho de conocer nuestro cuerpo y fertilidad, de que
todas las parejas podemos tener la información puntual, científica,
confiable para tomar decisiones libres, informadas, sin necesidad de
someternos a tratamientos costosísimos, peligrosos; sin que nadie deba
alterarse quirúrgicamente; sin que las mujeres se sientan obligadas a
someterse a hormonas artificiales que vuelven loco su cuerpo, etc. He
tenido la oportunidad de ayudar a que las personas conozcan el idioma de su
cuerpo: parejas que se embarazan después de años de infertilidad y
tratamientos fallidos, parejas que logran perder el pánico de fin de mes
(¿y si estamos embarazados?), mujeres que logran monitorear y tratar con
éxito condiciones ginecológicas tan diversas como complejas... en fin, he
podido ser parte de muchos milagros. Entre ellos el mío.

La llegada de mi hija fue todo un viaje, porque sufrimos infertilidad.
Pasamos meses de falsas esperanzas, estudios, inyecciones, siempre con la
confianza de saber qué pasaba con mi cuerpo, qué necesitábamos, cómo
cuidarla incluso desde antes de que se anidara en mi vientre.  A un año 8
meses de haberla abrazado por primera vez, lo más difícil ha sido sin duda
esperar su llegada. Ha sido todo un reto el conciliar la maternidad con
nuestra vida antes de ser padres. ¿Mis fortalezas en este camino? Saberme
débil, imperfecta, y al mismo tiempo, perfecta, exacta, libre. Saber que
cuento con un hombre increíble, fuerte, generoso (...), etc. (por motivos de
espacio, hemos omitido un extenso párrafo donde la autora le echaba flores
a su marido). Mi fortaleza es mi peque hermosa. Mis papás y hermanos,
amigas, una docena de blogs (incluyo el presente, un hurra a La mamá
primeriza). Mi fortaleza es Dios, porque "todo lo puedo en Aquél que me
conforta".

¿Mis miedos y preocupaciones? Me preocupan mi pequeña, mi marido, cuidarlos
y cuidarme. El mundo, mis inseguridades, los cientos de errores que sé que
cometeremos como padres. Me preocupa y me ocupa que mi hija sea una mujer
libre, plena, responsable, feliz...

Creo en una frase que seguramente no escribiré literal: los hijos nos dan
un curso intensivo de generosidad, de malabarismo. También nos enseñan a
reír como locos rodando en el suelo, a guardar piedras en las bolsas del
pantalón, usar calcetines como guantes, y gritar de emoción ante una rica
fruta. A sonreír de la forma más pícara y seductora del mundo, a dar besos
babosos y aguantar los brazos trabados con el peso de un changuito hermoso.
Mi familia es lo que da sentido a mi vida, con todos los miedos y gozos que
eso implica. En ese sentido me encanta la frase de Hannah Arendt, "las
puertas de la felicidad se abren hacia afuera".

Me preguntas, querida Liz, qué herramientas hay que desarrollar para ser
mamá y no morir en el intento... ¿Cuando las conozcas me dices? (risas).
Supongo que muchísimo amor, desterrar la culpa, tener paciencia, perdonar,
usar mucha mano izquierda, confiar en Dios. Para no seguir con una lista
interminable, resumo con esto: basta con ser una mujer plena, y querer a
tu hija/o con todas tus fuerzas.

Con todo gusto pongo a su disposición la información de Fertility Care,
revisen la página, googleen por su parte, y escríbanme con toda confianza
si tienen dudas. ¡Un gran abrazo Liz!

María del Pilar Ochoa Méndez, FCP
pilarochoa@gmail.com

jueves, 13 de marzo de 2014

Mary Paz Michel... “Sólo el amor incondicional a nuestros hijos nos permite vencer nuestros propios límites”

Día 13
Historia 13
13 de marzo de 2014

Mary Paz Michel de Bravo.

"Me siento muy bendecida y agradecida porque mi hijo, me está dando la gran oportunidad de ser mamá, lo veo, lo abrazo y me lo quiero comer a besos, no me he cansado de agradecerle a él el darme la oportunidad de ser su mamá ¡y sigo escribiendo, entre biberones, cambio de pañales y labores domésticas! Gracias también a ti por permitirme contar mi historia, me ha dado fortaleza para seguir adelante creciendo como mamá y tener la firme esperanza de que en la vida todo tiene un tiempo y un lugar, por ahora, mi momento es disfrutar a mi hijo y sembrar raíces profundas en él….el tiempo se encargará de lo demás. Mil mil gracias Liz."

Yo soy muy dichosa de ser amiga de Mary Paz, de conocerla, de haber llorado, reído, gritado y hasta pataleado con ella (jejeje) en el tiempo que Dios nos concedió conocernos más de cerca en Monterrey. Tan feliz me siento que hasta mi comadre es. Y al leer sus respuestas a las preguntas que le envié, no me queda más que seguirme admirando de su gran capacidad de sacar jugo de la vida y de lo cotidiano; quiero decirles que aprendí mucho como mamá de dos niñas de 2 y 4 años, de una mamá de un bebé de 6 meses, que es ella. Por eso aquí lo pongo, tal cual.

Mary Paz tiene un hermoso bebé de tan sólo 6 meses, que cumple precisamente hoy. Por el momento, ella está dedicada exclusivamente a su hijo y a acompañar a su esposo en las actividades académicas del Postgrado que realiza fuera del país.

"... me gustaría poder retomar mi vida profesional sin descuidar mi actividad como esposa y madre un poco más adelante, por ahora, luego de 14 años intensos de trabajo profesional, estoy disfrutando la dedicación exclusiva a mi bebé", nos comenta Mary Paz.

Ella siempre ha tenido en mente que la mujer no debe descuidar su vida profesional, ni dejar de actualizarse, pero la vida, como nos dice Mary Paz, nos da tiempo para todo y hay que saberlo aprovechar, "creo que este es mi momento para vivir la maternidad al cien por ciento y disfrutarlo así como el acompañar a mi esposo en esta etapa tan importante de su vida", explica.

Una mujer que siempre ha sido muy trabajadora. Los que la conocemos sabemos que Mary Paz ha hecho muchísimas cosas profesional y voluntariamente, siempre le ha entrado duro a trabajar por el bien de México, en muchas trincheras.

Hoy por hoy, su hijo está muy pequeño todavía como para que ella empiece alguna actividad social, su vida ha cambiado y se está dando tiempo para disfrutar enteramente de su bebé, "...sin embargo esto es algo que me gustaría hacer más adelante. Siempre he sido una fiel convencida de que las mujeres tenemos mucho que aportar a la sociedad y las actividades de voluntariado o de apoyo social, son una extraordinaria manera de hacerlo y poder transmitir y dar a los demás un poco de lo que Dios nos ha regalado", nos comenta.

Mary Paz es una especialista en el tema de la mujer, de la familia, de la conciliación vida laboral y vida familiar. Ha estudiado todo esto, ha impartido talleres, conferencias, ha colaborado en propuestas para diseñar políticas públicas en estas áreas... ahora Dios le pone en las manos una vida, la vida de su pequeño hijo, como para terminar de pulir todo aquello que ella ya sabe y en lo que se ha formado.

Pero llegar hasta este punto no ha sido gratis. Lo que ella es ahora, es resultado de su origen en una familia con profundos valores y, también, producto de su propio carácter y determinación para crecer siempre, levantarse y salir airosa de muchas situaciones que le han presentado un reto; la maternidad, un reto de amor, no es la excepción.

Mary Paz ¿Cómo era tu familia de origen?

Vengo de una familia de 3 hermanos, en mi caso, soy la hermana mayor de ellos, gracias a Dios considero que tengo una familia muy unida en la que me inculcaron valores muy importantes como la fe, el sentido de luchar por lo que te propones, la fortaleza, entre otros, que ahora son mi sostén y mi principal fortaleza.

Tuve una gran pérdida hace casi 8 años con la muerte de mi padre; esta etapa considero, ha sido la más difícil en mi vida, sus enseñanzas me siguen sosteniendo y siento que desde el cielo él me acompaña y me da fortaleza para seguir adelante.

Tengo la gran bendición de tener a mi mamá quien es un ejemplo vivo para mi, gracias a su espíritu de perseverancia, de entereza y cariño, he aprendido a sobrellevar no sólo la maternidad sino mi vida entera.

Me siento muy orgullosa de mi familia y agradezco la oportunidad de haber nacido en ella; considero que la familia son las raíces que te permiten florecer en cualquier lugar a donde la vida te permita llegar y las raíces que mis padres me inculcaron, son unos de los pilares más importantes en estos momentos de mi vida. Ahora mi familia también la conforman mi esposo y mi pequeño bebé, que son mi motor y mi mayor motivación.

¿Cómo era tu vida antes de ser mamá?

Estaba llena de retos profesionales, durante más de 14 años fui creciendo, ocupé diversas posiciones en el ámbito profesional que me permitieron aportar  y poner en práctica mis conocimientos y crecer en muchos sentidos. Puedo decir que en lo que se refiere a este ejercicio, estoy satisfecha con mis logros (no me quedé con ganas de nada).

Tuve la libertad de aprender, proponer, conseguir y lograr todo aquello que me propuse; siempre estuve preparada para enfrentar cada situación profesional que tuve en mis manos. Siempre estuve rodeada y apoyada en primer lugar por mi esposo, por nuestras familias y por mis amigos, sin embargo mi anhelo por ser madre desde que inició mi matrimonio (hace 6 años) dejaba en mi un vacío como si “mi vida estuviera incompleta”, pues mi anhelo por ser mamá era muy grande.

¿En qué cambió tu vida cuando te convertiste en madre?

Si bien reconozco que estaba plena y satisfecha con mi vida personal y profesional y que la  maternidad siempre fue el mayor bien anhelado por mi esposo y por mi, me di cuenta que la maternidad no es como la vocación profesional para la cual te preparas y aplicas los conocimientos que tienes al respecto; en la vivencia de la maternidad no es así; para ser madre y aunque suene trillado, NUNCA ESTAS PREPARADA Y NUNCA ES EL MOMENTO IDEAL.

Lo que aprendes en la universidad, en el propio desarrollo profesional, no lo puedes aplicar en tu vida de mamá porque las exigencias SON OTRAS, y si bien los estudios y demás son una extraordinaria referencia, de la teoría a la práctica existe un profundo abismo que sólo el amor y la paciencia de una mamá pueden sacar adelante. En el mundo profesional cuentan los resultados y en la maternidad lo que cuenta es el desarrollo (proceso) porque estamos formando a UN NUEVO SER HUMANO y todo se convierte en un NUEVO APRENDIZAJE, en el que tanto uno como madre además de nuestro propio hijo, vamos aprendiendo y construyendo juntos esta vivencia de la maternidad.

Claro, lo que ha cambiado en mi es que extraño ya no ser dueña de mi tiempo como antes, mi hijo ahora es el dueño de mi tiempo y la prioridad más importante en donde a veces pareciera que lo que está alrededor se detiene y lo único que está ahí en el centro es mi hijo. Todo es tan dinámico y lleno de cambios que he aprendido a disfrutar cada instante por que es único, a ser paciente y a tener la humildad para darme cuenta que no lo sé todo y que estoy aprendiendo a ser mamá.

Trato de siempre estar con paz en el corazón, de tratar de dar lo mejor de mi en todo momento y sentir que soy la madre que mi hijo necesita; no hay  más, este pensamiento, es el que a mí me ha dado paz en el corazón.

Otra maravilla que he encontrado en la maternidad es que cuando parece que no puedes con determinada situación, mi hijo me hace romper mis propios límites y darme cuenta que sí puedo enfrentar las exigencias de la maternidad y las demandas propias de tener a un bebé en casa, es como algo mágico porque me esfuerzo por ser mejor por amor a él y a diferencia de la vida profesional, uno se esfuerza por obtener un logro tangible que si bien contribuye al bien de la comunidad cuando se ve al trabajo profesional como fuente de servicio, sin embargo, en la maternidad te esfuerzas por ser mejor por amor a él aunque sabes que los resultados no los puedes ver.

Siempre retomo los aprendizajes de mi familia de origen y son precisamente estas raíces las que junto con el amor de mamá van sembrando en los hijos y que algún día darán fruto. Esta es mi mayor satisfacción: saber que dar lo mejor de mi siempre y esforzarme por vencer mis propios límites, le permitirán a mi hijo (eso espero) tener raíces profundas el día de mañana para sostenerse y ser feliz en la vida.  Esta es mi opinión, es la mayor enseñanza que hasta ahora ha dejado la maternidad en mi camino. ¡Te esfuerzas y superas solo por AMOR a ELLOS!

¿Cuáles han sido los momentos más difíciles en tu historia como mamá?

Tal vez en mi caso, uno de los momentos más difíciles se remonta a mi vida antes de ser madre, pues el hecho de haber tenido que postergar la maternidad por causas ajenas a mi, pues mi esposo y yo tardamos casi 6 años en lograr el embarazo.

La otra dificultad, ahora en el ejercicio de mi maternidad,  tiene que ver con el hecho de vivir en un ambiente multicultural fuera de mi país y de mi gente, y dentro de todo este ambiente aprender a ser mamá sin la cercanía de mis seres queridos (familia y amigos) y si bien emocionalmente los siento cerca, la vivencia cotidiana de la maternidad sin ningún otro tipo de apoyo (para el cuidado del bebé, para las labores domésticas, etc, etc), se hace un poco difícil; también es el hecho de que nuestras familias y amigos no pueden acompañarte físicamente para ver crecer a tu hijo y eso…. ¡Cuesta!

¿Cuáles han sido los momentos de más gozo en este camino?

El poder tener a mi bebé en mis brazos por primera vez después de tanto tiempo de espera, el ver que sonríe cuando estoy con él, verlo feliz, sano, la oportunidad de poderle transmitir mi cariño, el cariño y cuidados de su padre, la satisfacción y el orgullo de sacarlo adelante únicamente entre mi esposo y yo sin ningún otro tipo de apoyo en la crianza (debido a que por nuestras circunstancias de vida nos encontramos fuera de nuestro país de origen.)

El vínculo que he logrado desarrollar con mi niño estando a su lado todo el tiempo y viéndolo crecer día con día. Pero si pudiera destacar el mayor gozo como mamá en estos momentos, ha sido la oportunidad de crecer y madurar como persona pues la maternidad me ha brindado la oportunidad de sacar lo mejor de mí y superar mis propios límites cuando a veces he creído que ya no puedo más.

¿Cuáles son tus principales miedos y preocupaciones ahora que eres madre?

Una de mis principales preocupaciones es lograr que mi hijo sea un hombre feliz y una persona de bien, siento una enorme responsabilidad cuando pienso en que uno como madre influye determinantemente en su educación y comportamiento, en la manera de afrontar la vida, eso es algo que nosotras como mamás les definimos muchísimo, por ello trato de esforzarme para estar atenta a sus necesidades y brindarle mi amor incondicional y toda la confianza porque me gustaría que sea siempre sano (física y emocionalmente), independiente y feliz. En resumen, mi mayor preocupación es que el SEA FELIZ y logre todos sus sueños ¡pero he ahí el gran reto de formarlo y educarlo para que los logre!

¿Cuáles consideras que ahora son tus principales fortalezas como mujer y como madre?

Como mujer: mi carácter, manera de ser, mis conocimientos, me gusta ver la vida como un reto y una oportunidad para aprender y tratar siempre de superarme y lo que parezca difícil, superarlo con la mira puesta en la meta. Como madre: mi alegría, el vínculo de confianza que estoy construyendo con mi hijo, el respaldo y apoyo incondicional de mi esposo, el darme cuenta que he vencido muchos de mis propios límites por amor a mi hijo y ello me está brindando experiencia como mamá. Pero en general las raíces que mi familia me inculcó y el cúmulo de experiencias de vida que precisamente le han dado sentido a mi vida, a mi lucha, a mi razón de ser.

¿Qué es lo que da sentido a tu vida en estos momentos?

Lo que le da sentido a mi vida en estos momentos es sencillamente mi hijo, el darme cuenta que me necesita que requiere de mis cuidados, que el es como una esponja que absorbe todo lo que ve y siente y la gran oportunidad que la vida me da al ser su mamá para hacerlo feliz.

Y también me motiva muchísimo acompañar a mi esposo en esta etapa de crecimiento profesional ya que el está haciendo sus estudios de Postgrado, el convertirme en un soporte esencial para el logro de sus objetivos me hace sentirme bendecida por esta oportunidad que la vida nos está regalando para construir un mejor futuro en nuestra familia y verlo a él lograr uno de sus sueños.

Si te pudieras definir en algunas palabras ¿cuáles serían?

Idealista, Entregada, proactiva, amorosa, responsable, alegre, entusiasta…

¿Qué cosas son las que, según tu opinión y experiencia, una mujer puede aportar al mundo?

El arte del equilibrio entre la vida familiar y profesional; el no descuidar lo importante por lo urgente. La sensibilidad que  podemos aportar para transformar el ambiente en uno alegre, sensible, humano. La oportunidad de cuidar de los otros y de hacer simplemente del mundo, un  mejor lugar para vivir.

Si pudieras definir tu vida actual con una frase... ¿cuál sería?

“Sólo el amor incondicional a nuestros hijos nos permite vencer nuestros propios límites”, es parte de mis conclusiones y reflexiones en la vivencia de la maternidad.

¿Qué herramientas, según tu experiencia, son las que hay que desarrollar para ser mamá y "no morir en el intento"?

Seguir la intuición de tu corazón porque nunca falla.
Aprender a escuchar los consejos de los demás sobre la maternidad pero tu tomar la decisión que creas más conveniente para tu hijo y para ti sin temor a equivocarte.
Aprender a pedir ayuda a los que te rodean.
Valorar y disfrutar el proceso de ser madre (bendita paciencia).
Apoyarte en las propias raíces que son las que te sostienen en la aventura de ser madre.
Confiar en que siempre podemos superar nuestros propios límites.

¿Has realizado todos tus sueños hasta el momento? ¿Te falta alguno por cumplir?

Considero que he realizado muchos de mis sueños, sin embargo, me faltan muchos por cumplir aún, le pido a Dios vida para realizarlos. Quiero escribir un libro, seguir viajando en familia, ver a mi hijo crecer y lograr sus sueños, ver a mi esposo graduarse del Doctorado, ….. desarrollar un proyecto que me permita compaginar mi labor como mamá y a la vez poder contribuir con la sociedad en mi ámbito de especialidad (familia), ya que existe mucha necesidad de aprender sobre esta aventura tan hermosa pero a la vez tan desafiante como lo es la vivencia de paternidad.

Conozco a Mary Paz... sé que va a realizar cada uno de esos sueños que se está proponiendo, porque la he visto realizar otros tantos que ha tenido. Me siento tan orgullosa de ser su amiga y hasta su comadre, la vida nos puso en el mismo camino, una feliz coincidencia.

Mary Paz, sigue construyendo tu vida y tus anhelos. Todo lo que sueñas ya lo estás realizando, ya estás viajando por lo pronto a lugares del corazón que nunca habías ido, ya están cursando tu esposo y tú el "Doctorado de la Vida" a través de la paternidad, ya contribuyes desde ahora y desde antes de ser mamá con el bienestar de la sociedad, ahora de una manera más permanente y firme, a través de la educación de tu hijo.

Ya estás escribiendo con un gran testimonio de amor y fortaleza tu propio libro; estamos ansiosos los que te queremos, por leer a detalle cada página del resto de tu libro, de este libro que es tu propia vida y del cual no queremos perdernos ni un detalle, porque segura estoy que va a dar mucho de qué hablar y habremos de aprender mucho de él... porque siempre dejas huella, a donde quiera que vas.

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miércoles, 12 de marzo de 2014

Norma Judith Macouzet, una mamá que disfruta el tiempo con sus hijos.

Día 12
Historia 12
12 de marzo de 2014

Norma Judith Macouzet Becerra

Norma es quizá -sin contar a algunas familiares de las cuales también escribiré su historia- la protagonista de estos relatos que conozco desde hace más tiempo.

Teníamos unos 11 años y yo llegaba a vivir a Morelia proveniente del Distrito Federal; entré a cursar sexto de primaria a una escuela en la que Norma se convirtió en mi mejor amiga. Recuerdo que ella era muy buena conmigo y que me hizo sentir querida, a pesar de que yo era la "nueva" y todos los demás tenían ya 5 años de conocerse (la verdad algo muy importante para una niña que llega a una ciudad diferente, con amigos y formas de ser diferentes). Luego cada quien tomó su camino en la secundaria pero en la preparatoria volvimos a coincidir y aquí seguimos, de alguna forma conectadas gracias a las redes sociales. Con gusto comparto su historia.

Norma tiene dos hijos, Leopoldo de 5 años y Claudio de 3 años. Ella, a la par con su esposo, son jefes de su familia. Ella trabaja en el departamento jurídico de la Comisión Coordinadora del Transporte Público en Michoacán, COCOTRA.

De una familia numerosa, fueron 12 hermanos (9 mujeres y 3 hombres), su décima hermana tiene Síndrome de Down. Su padre, un hombre trabajador, laboró en la Comisión Federal de Electricidad y se jubiló hace 20 años; su madre, ama de casa y dedicada al hogar. Norma nos comparte que conforme sus hermanos grandes fueron trabajando, cada uno apoyaba a sus padres con ropa para los más pequeños o el pago de escuelas.

Cuando leo esta parte de la historia familiar de Norma, pienso en esas familias en las que nos ha tocado nacer o ver de cerca, quizá fueron nuestros padres o tíos que les tocó apoyar a sus propios papás a sacar adelante la familia. Pienso en el valor que tiene el que un hijo siga estudiando y a parte trabaje para ayudar a sus hermanos, o incluso que sacrifique sus estudios o carrera, por dar el sustento a su familia. Es cuando constatas que familia la hacemos todos, desde los papás, hasta el hermano más pequeño.

Pienso que quizá ahora no nos toque que nuestros hijos nos ayuden monetariamente a sostener la casa, pero qué importante es enseñarles de todos modos a colaborar en todo: en el aseo, en la elaboración de la comida, en que laven su ropa, tiendan su cama y se practique la solidaridad entre los hermanos.

La niñez de Norma fue feliz: "mi infancia fue genial, juegos de calle, stop, roña, tacos de lodo, brincar en charcos en los tiempos de lluvia, andar en patines en la cuadra, en fin, todo genial y sin quejas", nos dice.

Y antes de ser mamá, su vida era una vida de trabajo, escuela y diversión, fines de semana sociales, fiestas, viajes, conciertos, estudios; una vida cotidiana. Cuando Norma fue mamá, como nos sucede a muchos padres de familia, ya no había tantas salidas a fiestas, congresos. "Se me complicaba mucho salir con los niños, entonces me encerraba en casa de mamá, mi vida en pareja igual, no tenemos muchos espacios solos ni salidas a solas... pero soy feliz andando con ellos, la verdad es que prefiero irme a casa a recostarme con ellos y abrazados ver tele o pelis, es genial, ir a lugares de juegos con ellos es genial, hacer lo que más les gusta es genial".

Ciertamente, nuestra vida como padres ahora es diferente; pudiera resultar un poco cansada y obviamente le restamos tiempo a las actividades que hacíamos antes, pero como nos dice Norma, esta vida de mamás y papás es estupenda también, se disfruta mucho.

De hecho los momentos de más gozo para Norma son cuando sus hijos le dicen "te amo"  o "te extrañé" sin ninguna razón o motivo. También cuando van a algún lugar y aplican lo que ven en casa, como decir "gracias" o "por favor".

Los momentos difíciles llegan también, sin duda. Como por ejemplo enseñarles a no hacer berrinches, "me frustra que lloren por tonterías", nos comparte Norma. También es difícil cuando se enferman, es "horrible verlos como desmayados".

Y qué decir de los miedos como mamá... "que les pase algo, siempre les estoy diciendo no corras, no brinques, pero es horrible pensar que les pase algo, esa es mi frustración, que les pueda pasar algo y yo no pueda hacer nada", nos cuenta Norma.

Esta mamá que se autodefine como "regañona, amorosa y consentidora", tiene como su principal fortaleza y lo que da sentido a su vida, a sus hijos. Y nos dice que una mujer puede aportar al mundo, algo tan simple como lo que sólo nosotras sabemos hacer, desde hacerles una rica comida hasta consolarlos ante una caída... todas nuestras experiencias como madre "porque nadie nacemos sabiendo, la vida nos enseña". Por ello, es muy importante como ella nos comenta, consultar lecturas, escuchar los consejos de nuestra madre, así como de amigas y hermanas.

Los sueños que faltan por cumplir a Norma, es titularse y ejercer su carrera. Seguramente todo llegará a su tiempo para Norma, esos sueños y esas metas que, cuando uno es mamá parecieran que se alejan, pero sin embargo están ahí. Mientras tanto Norma, sigue con esa sonrisa caminando en esta vereda de la maternidad, que es toda una profesión y en la cual estás adquiriendo toda la fortaleza y nuevas habilidades para esta carrera que es la vida.

Norma te ofrece los siguientes servicios:
Venta de productos:
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Teléfono de contacto: 4431733357

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domingo, 9 de marzo de 2014

Marcela Martínez, una mamá sensible, responsable, amorosa y alegre.

Día 9
Historia 9
9 de marzo de 2014
12:13 am

Marcela Martínez López

Marce es mamá de Fátima Lucía, quien tiene 2 años 5 meses. Actualmente ella es Coordinadora de Comunicación y Promoción del Instituto Municipal de la Familia de San Pedro, Garza García, Nuevo León.

Todos los días desde que trabaja ahí, Marce encuentra su principal motivación en saber que está trabajando por el bienestar de las familias, de sus integrantes y del entorno social; también porque en este trabajo se desarrolla profesionalmente ya que ella es Comunicóloga y, obviamente, por la retribución económica que recibe.

Marce es una gran amiga y ser humano. Aunque comenta que no está apoyando por el momento alguna actividad de voluntariado, la realidad es que ella siempre está buscando la forma en cómo apoyar a los demás. En verdad ella es muy “femenina” en muchos aspectos, pero la parte caritativa y de buen corazón de las mujeres, es algo que caracteriza a Marce, siempre tendiendo la mano a quien más lo necesita, al vecino, al compañero de trabajo, a las personas que están a su lado y que no me dejarán mentir que si algo está haciendo Marce siempre, es compartir.

Qué importante es no perder de vista esta parte muy de la mujer que Marce nos muestra. Esa capacidad de darnos, de ser sensibles ante el dolor de los demás, ante las carencias y súplicas de los otros. Y no es que se deba tener mucho materialmente hablando para dar, sólo se necesita querer ayudar y Marce nos da una gran lección de generosidad en lo cotidiano.... Y por si no fuera poco, de vez en cuando, también apoya al Centro de Ayuda a la Mujer Latinoamericana (CAM).

¿Y cuáles son los orígenes de Marce? Viene de una familia conformada por 6 miembros, cuatro hijos (tres mujeres y un  hombre) y sus padres; ella es la menor de los hermanos.  Su papá murió cuando ella estaba en el último año de universidad. “Fuimos y somos todavía una familia muy unida, claro con sus  problemas como todas, más en lo económico, pero nos queremos mucho. Vivimos en Aguascalientes y luego cada quien se casó y cambió de ciudad. De los recuerdos más bonitos están las navidades, cuando comíamos diario en familia, los viajes a San Luis Potosí a ver a mis tíos, primos  y abuelo”, nos comparte.

Antes de ser mamá, Marce tenía tiempo para todo (¿te suena conocido?), “mi vida era hasta cierto punto cómoda”, nos dice. Tenía tiempo para hacer ejercicio, para el apostolado (ella era ministro de la Eucaristía junto a su esposo), había tiempo para salir con su marido y amigas, visitaba mucho a su mamá en Aguascalientes, “pero también fue un momento duro pues tenía la incógnita de si podría ser algún día mamá , ya que tengo la enfermedad de endometriosis”, nos cuenta Marce.

Cuando se convirtió en mamá su vida cambió: “Cambia tu forma de pensar, de ver la vida, te haces más temerosa y exagerada, maduras  increíblemente. Aprendes a valorar más la vida y a tu mamá.  Te das cuenta qué difícil es conciliar la vida de mamá con la  profesional, cambia tu rutina hasta tus horas de sueño. Te vuelves más amorosa y generosa. Conoces el verdadero valor de las cosas. Simplemente tu vida ya no es la misma”.

Parte de todo ese cambio, son los momentos difíciles por los que Marce, como muchas mamás ha pasado. Entre ellos nos platica que cuando su hija se ha enfermado, aunque de nada grave gracias a Dios. También cuando se le cayó de la cama siendo una bebé todavía y qué decir de cuando comenzó a amamantar.

Cuando Marce lo platica, me vienen a la mente esos momentos difíciles que comparto con ella y que seguramente muchas mamás también lo harán. Pienso cómo todo va pasando y cómo todo se va resolviendo, cómo nuestros pequeños son los que nos enseñan a ser mamás.

Y nos enseñan también en los momentos de gozo, como los que nos comparte Marce: “Cuando sentí por primera vez una patadita en mi vientre, cuando me sonrió por primera vez, cuando caminó y cuando le salieron sus dos dientitos”.

Parte de este “aprender a ser mamás” es sin duda, enfrentar día con día los miedos y temores: “El miedo o temor de no saber si la estoy educando bien, que se me enferme de algo grave, que le pase algo en general”, son algunas de las cosas que le causan estos sentimientos a Marce. Sin embargo, Marce cuenta con sus principales fortalezas; la lucha, la tenacidad, la constancia y la generosidad, que día con día son más fuertes que cualquier temor. 

Hoy por hoy, lo que da sentido a la vida de Marce es su familia. Claramente así lo expresa: “Tanto mi esposo como hija y el buscar a un integrante más en la familia; así como el ver a mi hija Faty sobre todo, contenta, y creciendo sana”.

Marce se autodefine como una mujer sensible, responsable, amorosa, temerosa, y alegre. Pero yo no estoy de acuerdo con ella… No se asusten, estoy de acuerdo en que es muy sensible, muy responsable, muy amorosa y muy alegre; pero no me parece temerosa. Al contrario, me parece una mujer muy valiente que afronta la vida con mucha dulzura día con día, que transmite paz y calma a quienes estamos junto a ella.

Ella cree que la mujer puede aportar al mundo amor, ternura, fortaleza, paciencia, lucha y equilibrio; cualidades que precisamente ella posee y aporta a su entorno.

Una de las fortalezas que posee Marce es su gran fe, de ahí la frase que la identifica y que es: “Aceptación de la voluntad de Dios”.

Y para ser mamá y “no morir en el intento”, Marce nos confía algunos de sus recursos personales: Compartir tus problemas o inquietudes con otras mamás, capacitarte en temas de superación o de escuela para padres, pedir asesoría de expertos, caminar de la mano junto con tu esposo y sobre todo la oración y pedir sabiduría a Dios.

Marce ha realizado muchos de sus sueños, pero aún le faltan algunos por cumplir como: “tener mínimo otro hijo o hija,  viajar a otro continente, dominar bien el inglés y tener maestría”.


Es así que Marce, va caminando de la mano de Dios con una fe muy grande, con un corazón sencillo y generoso que va contagiando a los que la rodean de alegría y unidad. Segura estoy Marce, que Dios te dará el ciento por uno, premiará tu entrega cotidiana, que mientras tú te ocupas de Sus cosas, Él se ocupará de las tuyas y será también generoso contigo, para que cumplas tus anhelados sueños.

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sábado, 8 de marzo de 2014

Carolina Morales, una mamá leal a sus ideales y que trabaja por ellos

Día 8
Historia 8
8 de marzo de 2014
13:24 horas

Carolina Morales García

Alegre, amiguera,  una mujer determinada, de carácter fuerte, leal a sus ideales que disfruta mucho de la convivencia con su familia y con sus amigos. Así se define Caro, y justo así es como la queremos todos la que la conocemos y hemos tenido la fortuna de convivir con ella.

Quise, precisamente hoy 8 de marzo Día Internacional de la Mujer, mostrar la historia de Carolina Morales. A Caro le debo el que yo esté metida en estos rollos de las mujeres pues ella confío en mí y me invitó a trabajar a la Coordinación de Equidad y Desarrollo Productivo de la Mujer de FONAES. En ese entonces era yo una mujer soltera, muy lejos de ser mamá, pero en Caro pude constatar de primera mano, todas las batallas, sentimientos, emociones y dilemas a los que se enfrenta una mujer cuando es mamá y también trabaja remunderadamente fuera del hogar. De ella aprendí todo, porque a parte de ser mi jefa, era mi amiga, mi confidente, casi mi hermana y hasta mi comadre.

Si pudiera escribir todas las experiencias y aprendizajes que tuvimos en esa bella etapa de nuestra vida, creo que tendría que escribir un libro... quizá algún día. Pero la más importante es que, sin darnos cuenta tal vez Dios nos permitió, al estar trabajando a favor de las mujeres, encontrarnos a nosotras mismas. Gracias Caro por ser quien detonara en mí, esa parte tan bella que no conocía, mi valor como mujer.

Caro es mamá de María José de 9 años, Isabella de 7 años y Juan Pablo de tres años. Ella es esposa de Israel con quien comparte la responsabilidad del cuidado de su familia, y también la formación y educación de sus hijos, "todos apoyamos a las actividades del hogar".

Ella ha querido comenzar su testimonio así:

"Me gustaría decir que este ejercicio de hacer una reflexión sobre mí misma fue muy enriquecedor, pero fue difícil, me costó trabajo escribir sobre mí misma, sobre mi historia personal de vida, sobre el trabajo que he realizado, pero especialmente hablar sobre lo que ha significado la experiencia más enriquecedora y gratificante que la vida y Dios me han regalado, que es la oportunidad de ser la mamá de María José, Isabella y Juan Pablo. Gracias amiga por esta oportunidad de hacer un ejercicio interior para poder plasmar en estas líneas".

¿Realizas alguna actividad social, cívica, apostólica o de voluntariado? ¿Cuál es? ¿Qué te motiva a hacerlo?
Soy una persona que está convencida de que la transformación de nuestro país no depende únicamente del trabajo del gobierno, es gracias a nuestra participación, a involucrarnos en forma activa como las cosas pueden ir cambiando y se pueden ir transformando.
He encontrado en la Política un ámbito específico de acción, por lo que desde  hace ya 16 años soy miembro activo de Acción Nacional, pues considero que los principios de Persona,  Bien Común, Solidaridad y Subsidiariedad son necesarios en el ejercicio del buen gobierno.
Tal vez a eso se deba que aunque soy Pedagoga de formación (por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla), me he dedicado a la administración pública ya por 12 años. Ese fue uno de mis primeros grandes logros a nivel personal, romper mi propio paradigma de que el ámbito de acción del pedagogo es únicamente el escolar, la realidad es que el profesional de educación tiene espacios muy amplios y variados de acción, y uno muy concreto es el del gobierno, a través de la implementación y elaboración de políticas públicas que permitan el desarrollo del Bien Común.

Entre los cargos y los trabajos en los que he tenido la oportunidad de desempeñarme, están los siguientes:
Directora de Programas Sociales de la Secretaría de Desarrollo Social y Participación Ciudadana, del Municipio de Puebla.
Representante Federal de FONAES en el Estado de Oaxaca, Secretaría de Economía (Obteniendo este cargo a través del Servicio Civil de Carrera).
Responsable de la oficina de Enlace  Ciudadano de la Fracción Parlamentaria de Acción Nacional, en la ciudad de Oaxaca.
Directora General Adjunta de Equidad y Desarrollo Productivo de la Mujer del FONAES, Secretaría de Economía.
Directora de Enlaces Interinstitucionales de la Coordinación de Desarrollo Productivo de la Mujer del FONAES, Secretaría de Economía.
Jefe de la Unidad  Departamental de Servicios Educativos en la Delegación Benito Juárez.
Maestra de sexto de Primaria.
Asistente de Secretaría General en el Comité Directivo Estatal del PAN.

¿Cómo era tu familia de origen, cuántos hermanos tienes, describe brevemente esa parte de tu historia familiar?
 Mi familia está conformada por mi mamá, mi papá, mi hermano Amado, Pablo y yo. Soy la mayor y la única mujer.
Una de las grandes enseñanzas de mis padres es “la de amar a Dios, a mi Patria y ser siempre agradecida por lo que me ha tocado vivir, y por la gente hermosa que me ha tocado conocer a lo largo de mi vida”. A pesar de que mis  papás son separados, nos han enseñado a mis hermanos y a mí a ser unidos, y siempre estar pendientes unos de otros.
Debo decir que todos somos de carácter fuerte, por lo que a veces la relación es difícil, pero hemos aprendido a querernos, a respetarnos, tenemos como cualquier familia nuestros momentos difíciles y nuestras discusiones, pero tratamos de que siempre prevalezca el cariño que nos tenemos.

¿Cómo era tu vida antes de ser mamá?
Después de la Universidad, comencé a trabajar en el Partido Acción Nacional, otra etapa muy hermosa de mi vida, pues entre la universidad y mi estancia en el partido, encontré a los que al día de hoy son mis mejores amigos, y con quienes he tenido experiencias de vida hermosas.

En el 2001 me fui a trabajar a la Ciudad de México a la Delegación Benito Juárez, fue una experiencia muy enriquecedora, pues durante un año viví sola (sin mi familia), pero tuve la oportunidad de vivir con amigas de diferentes estados de la República, que conocí en forma providencial, y ahora son grandes amigas mías (incluso dos de ellas son comadres mías).

Posteriormente me fui a trabajar como Directora de Programas Interinstitucionales en FONAES, estuve en ese cargo durante dos años. Me casé, y me embaracé. En esta etapa se dio una situación muy particular, yo siempre tuve la idea y la convicción de que una vez que me casara y me embarazara dejaría de trabajar para dedicarme a la crianza de mis hijos. En ese entonces, Laura Gurza, una jefa muy querida a la que le aprendí mucho me dijo que me quedara en su lugar como Directora General Adjunta de FONAES en la Coordinación de Equidad y Desarrollo Productivo de la Mujer, que si tanto les insistía a las mujeres empresarias sociales de que trataran de armonizar su vida laboral y productiva con la familiar, era un buen momento para intentar hacer lo mismo y dar testimonio de que sí se podía.

En el 2004 tuve la gracia de ser madre por primera vez de María José, fue una experiencia que cambió mi vida. Tuve el apoyo de mi jefe quien me dio la oportunidad de llevarme a mi bebé a la oficina con todo y cuna viajera y a la nana a mi oficina durante los primeros cuatro meses. Como mi familia y la de mi esposo no vivían en el D.F., mis amigos y amigas formaron parte de mi círculo de apoyo. Esto no lo hubiera podido lograr sin el apoyo de tres ángeles de la guarda que me apoyaron y que aparte de ser excelentes colaboradoras de trabajo, jugaron las veces de tías postizas de mi hija María José. A Cristy, Paty y a ti Liz les debo mucho en esta etapa, sin ustedes no lo hubiera logrado.

Este cargo implicaba tener que viajar a toda la República Mexicana, lo cual fue difícil, pues implicaba dejar a mi chiquita con la nana en casa. Fue duro, los sentimientos de culpa eran inevitables, sientes que no estás al cien por ciento ni como funcionaria, ni como mamá. Cuando estás en casa quieres estar en la oficina sacando los múltiples pendientes, cuando estás en la oficina quieres estar cuidando y conviviendo con tus hijos. Israel, mi esposo siempre me apoyó en el cuidado de mi hija, y siempre me motivó a superarme.

Pero debo decir que también fue una experiencia a nivel profesional muy gratificante. Conocer a mujeres de diferentes estados, cada una con una realidad y una circunstancia diferente, desde el norte hasta el sur del país. Al ir recorriendo los estados y tener la oportunidad de conocer a muchas de ellas a través de las Jornadas de Capacitación en donde “tratábamos” de brindarles herramientas formativas para armonizar su familia y su trabajo, además de conocimientos técnicos, administrativos y financieros para poder llevar a cabo sus proyectos productivos, y todas estas mujeres tenían algo en común: la preocupación de darles una mejor calidad de vida a sus familias, por lo que dejaban a un lado sus miedos, y se lanzaban a iniciar una actividad productiva para mejorar sus ingresos. Aquí pude ver la solidaridad que se vive entre mujeres, muchas de ellas encontraron en la organización de redes en cada uno de sus estados, la oportunidad de intercambiar los diversos productos que ofrecían, establecer cadenas de producción entre sus proyectos, e incluso muchas de ellas se conformaron como Asociaciones Civiles para poder bajar más recursos de otras dependencias.

En mi experiencia como Representante Federal en Oaxaca tuve la oportunidad de conocer un poco más la operación de los proyectos productivos, y ver como las mujeres comenzaban a incursionar en ámbitos productivos que normalmente eran espacio únicamente de varones: mujeres productoras, ganaderas, agricultoras, alfareras y artesanas. Aquí pude ver que no sólo es importante que el gobierno se preocupe por aumentar y etiquetar el presupuesto para mujeres, es importante también poder apoyarles con capacitación. Y la participación del esposo o de la pareja, al igual que el de la familia son fundamentales en este sentido para que puedan ir mejorando en forma integral.

¿Cuáles han sido los momentos más difíciles en tu historia como mamá?
Como mamá los momentos más difíciles ha sido perderme experiencias en el crecimiento de mis hijos. Por más que me dividí, por más que lo intenté, han habido cosas en las que no he podido estar presente, y esto sin duda es algo que duele. Sin  embargo, tengo tres hijos maravillosos que siempre me están motivando, son niños sanos, divertidos y muy alegres, ellos han sido mi termómetro en todo este tiempo, y me van indicando cuando tengo que hacer un alto en mis actividades para reforzar algún aspecto importante con cada uno.

¿Cuáles son tus principales miedos y preocupaciones ahora que eres madre?
Mi mayor preocupación es darles herramientas para la vida, educarlos para que sean personas  de bien, y sobre todo que tengan siempre presente a Dios en sus vidas.

¿Cuáles consideras que ahora son tus principales fortalezas como mujer y como madre?
Mis principales fortalezas como mujer creo que son que tengo sensibilidad por el prójimo, que me preocupa mi país y mi entorno y me esfuerzo en la medida de lo posible por mejorarlo, esto creo que es importante transmitírselo a mis hijos. Me gusta inculcarles el amor por su país y que lo conozcan.

¿Qué cosas son las que, según tu opinión y experiencia, una mujer puede aportar al mundo?
La mujer debe aportar al mundo su sensibilidad, humanizar sus espacios de acción con determinación.

¿Has realizado todos tus sueños hasta el momento? ¿Te falta alguno por cumplir?¿Cuál es?
Mi meta más próxima es terminar la maestría en Ciencias de la Familia, y si Dios quiere hacer el Doctorado en Políticas Públicas. También terminar de perfeccionar mi inglés.

Ya te veo Caro, realizando esos y más sueños. Sigue adelante con la vocación que Dios te ha dado de servir, de buscar el bien común. Sigue volando muy alto porque con tu vida, nos inspiras a muchas a ir más arriba, a donde están los sueños, las ilusiones, las mujeres que emprenden y no se conforman, las mujeres que responden como tú, a lo que Dios las ha llamado.

Otras actividades de Caro:
​Participación en distintos programas de radio y televisión  con temas relacionados con la mujer y la economía.
​Integrante de la Comisión Mixta para la Colaboración entre México y República Dominicana, para establecer programas públicos para mujeres emprendedoras  organizado por la Secretaría de Relaciones Exteriores en Santo Domingo, República Dominicana.
​Ponente en el Curso “Estrategias para el Desarrollo Económico Local” organizado por la Organización Internacional del Trabajo.
​Ponente en el Foro de Micro finanzas y Desarrollo, organizado por la Secretaria de Relaciones Exteriores y la Secretaría de Economía.

Caro te ofrece sus servicios
Conferencias y Talleres en los temas de Mujer, Familia y Desarrollo Social
carolamora75@yahoo.com.mx
@carolamora75

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viernes, 7 de marzo de 2014

Mariela Pérez de Tejada, una mamá trabajadora, libre, comprometida con las mujeres...

Día 7
Historia 7
7 de marzo de 2014
20:54

Mariela Pérez de Tejada

"Voy cambiando al mundo, compartiendo y construyendo nuestras vidas con un cómplice, juntos construimos una familia compuesta por un hombre y dos mujeres sensibles, comprometidos, y felices, todo para darle al mundo seres humanos mejores".

Ma. Elena Pérez de Tejada Romero

Mariela, como la conocemos, tiene tres hijos: Mariana de 14 años , Mario de 12 y María José de 9 años. Nos comenta que en su casa son dos jefes de familia, ella y su esposo: "los dos aportamos en la parte económica, en los cuidados de los hijos y en la educación de ellos".

Mariela es una mujer muy activa cívica y políticamente, comprometida con el bienestar social, por eso actualmente trabaja como asesora en el Senado de la República y también en una Asociación Civil.

Ella está consciente de la necesidad de colaborar en la reconstrucción del tejido social en las familias y en la comunidad, por tanto en la Asociación Civil en la que labora, apoyan el trabajo de prevención del embarazo en adolescentes y una red materna infantil para prevenir la muerte materna.

Cuando me platica un poco sobre su familia de origen, me doy cuenta de cómo muchas de las mujeres de nuestra generación venimos de un hogar en el que el papá trabajaba remuneradamente y la mamá era ama de casa; me doy cuenta cómo muchas de nosotras hemos caminado por un rumbo un poco distinto al como funcionaban nuestros propios padres. Mariela nos comparte : "Mi familia de origen es una familia tradicional, mi mamá y mi papá tienen 40 años de casados, mi mamá toda su vida de casada ha sido ama de casa y mi papá empresario. Son muy conservadores, y mi papá es tradicionalista en relación a los roles de género, y las relaciones de poder hombre–mujer; sin embargo siempre me ha apoyado en mis actividades profesionales".

Lo que me parece de llamar la atención de lo que comenta Mariela es que, a pesar de la forma en que nuestros padres optaron por desenvolverse en su matrimonio, han formado mujeres -queriéndolo o no-, más empoderadas, con mayor acceso a las oportunidades, con mayor preparación profesional y académica. No sólo nos han apoyado, sino muchas veces nos han alentado.

De hecho, en casa de Mariela son tres mujeres, ella y otras dos hermanas menores también profesionistas y activas en la vida pública.

Mariela nos comparte que trabaja desde los 15 años. Antes de ser mamá ya trabajaba en el H. Ayuntamiento de Naucalpan y en diversas actividades de participación política en el Partido Acción Nacional, "desde chica me ha gustado organizar actividades de apoyo a la comunidad", nos dice.

No sé, cuando pienso en ella, me da tanto gusto ver que hay mujeres que van más allá, que tienen sueños e ideales y que trabajan por hacerlos realidad.

Pero el que una mujer como Mariela pueda desarrollarse como ella lo hace no es de gratis. Ella nos comenta que cuando se convirtió en madre tuvo que aprender a organizarse, a vincular a su esposo en los roles de la casa y en la educación de los hijos, "esa parte ha sido complicada porque se trata de reeducar".

¿Y qué me dicen del sueño? Mariela nos confía que duerme menos ahora, porque trabaja mucho vía electrónica por las noches, también la parte económica familiar cambió. En la parte política, ahora que es mamá nos comparte: "considero que me sensibilizo ante temas que hoy no sólo entiendo si no que he vivido y así puedo impulsar acciones, temas y políticas publicas que ayuden en diversas situaciones en pro de la vida de las mujeres".

Los momentos difíciles dentro su de maternidad, por supuesto han llegado. Por ejemplo, cuando sus hijos se enferman y tener que organizarse para de todas formas cumplir con sus actividades laborales (¿te suena conocido ese tema? Esas cosas como "mis hijos enfermos, no los aceptan en la guardería, no tengo quién me los cuide, no puedo faltar al trabajo, entre otras). O también nos dice, cuando no ha podido estar en fechas importantes de sus hijos, "cuando se me olvidan cosas o citas de la escuela no me lo perdono, me pueden mucho, cuando he tenido que dejar de hacer algunas actividades que para mi son de recreación o de formación por dar prioridad al trabajo- actividades extraescolares de mis hijos- y yo al último", nos comparte Mariela.

Pero también este camino ha tenido momentos de mucha felicidad y gozo, como el disfrutar en familia los éxitos y que la acompañen en eventos importante, cuando Mariela llega a su casa y la están esperando, cuando ve a sus hijos más sensibilizados, más formados en lo cívico social que los niños y niñas de su edad, "ves que estás formando buenos hijos y en consecuencia buenos ciudadanos".

Y aunque Mariela comparte con nosotras sus principales miedos como el no tener comunicación con sus hijos, perderse la oportunidad de verlos realizar sus sueños de día a día, no estar para platicar, dejar a su esposo de lado y no sumarlo en sus actividades, ella cuenta con grandes cualidades que son su principal fortaleza: "me gusta ser mamá, soy muy feliz de ser mujer y mamá. Estoy aprendiendo día a día lo cual lo vuelve divertido, emocionante". Mariela nos dice que otra de sus grandes fortalezas es tener una pareja que la acompaña, así como el ser tenaz y amar mucho a su familia.

Y claro que se nota que Mariela ama mucho a su familia, y sobre todo, me gusta cuando dice "que ama ser mujer y mamá". Y eso me hace entender mucho más del por qué su compromiso y trabajo en favor de las mujeres. Provienen de un amor genuino y verdadero a su propia esencia de mujer y madre....

Mariela tiene un para qué vivir, lo que la levanta todos los días para seguir trabajando: "Estar viva, tener salud, hago lo que me gusta, formar y ver cómo mis hijos descubren el mundo y yo lo re-descubro con ellos, tener una pareja que me apoya y cree en mi".

Una mujer que se auto-define como trabajadora, libre, comprometida con las mujeres, utópica respecto a lo que el mundo puede cambiar y sensible, nos dice que la mujer tiene "todo" para aportar al mundo. "La visión de cómo podemos complementarnos y ser corresponsables en las actividades que hagamos juntos hombres y mujeres".

Las mujeres, nos dice Mariela, podemos darle mayor sensibilidad a los temas cotidianos, generar dinámicas de mayor conciliación y ser más competitivas entre nosotras, "eso nos hará mejores para dejar al mundo más calidad en lo que hagamos".

Y nos comparte su herramienta principal para ser mamá y profesionista en la actualidad: primero que nada ser pacientes, ser estrictas con la agenda y dar prioridad a las cosas importantes, siempre habrá urgencias, nos dice.

Aunque Mariela ha cumplido muchos de sus sueños, todavía le faltan muchos por realizar. Entre ellos crecer en diferentes áreas en lo político y, en lo profesional, sueña con tener una casa de atención para las mujeres donde puedan encontrar diversos servicios, que sea un espacio para su desarrollo humano y empoderamiento. En lo personal, Mariela quiere ver a sus hijos emprender sus sueños.

Ten por seguro, Mariela, que ya te veremos realizando todos esos sueños, cuentas con un alma muy fuerte y mucha determinación para hacerlo. Sigue tus sueños y ve contagiándonos de ese amor auténtico por ser mujer y madre, el mundo necesita mujeres como tú, que se amen a ellas mismas y que también amen a los demás.

Mariela te ofrece los siguientes servicios:

Conferencista y Talleres para Mujeres,
Networking, sensibilización contra la violencia de genero, liderazgo femenino
Cel. 0445512287288
Mail: mariela@comunidadesdesolidaridad.org
FB: Mariela Pérez de Tejada
Fan Page: Mariela Pérez de Tejada

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miércoles, 5 de marzo de 2014

Nelly Tapia: una mamá llena de amor, confianza, pasión, compromiso y sonrisas


Día 5
Historia 5
5 de marzo de 2014
22:28 horas

Nelly Tapia

“No podemos hacer grandes cosas, sólo pequeñas cosas con gran amor”, Madre Teresa de Calcuta

Nelly del Carmen Tapia Maldonado

Nelly es coomunicóloga de profesión y una sonriente mamá de tres pequeños; dos niños de 9 y 4 años y una nena de 7. Actualmente Nelly, a parte de ser una excelente mamá de tiempo completo, ha decidido dirigir su vida hacia el camino del emprendimiento, así que ha iniciado su propia empresa de lonches escolares llamada "Sanitos".

No ha sido fácil tomar la decisión de emprender por su cuenta y le ha tomado tiempo y mucha dedicación armar toda su estrategia para iniciar su negocio, pero Nelly tiene muy claro lo que la motiva a hacerlo: "...son mis hijos, a quienes dedico la mayor parte de mi tiempo y otro de mis objetivos es ser una persona independiente económicamente, como alguna vez lo fui".

De hecho, ella es tan dedicada y profesional que todo esto no lo hace "a la buena de Dios", no. Nelly entró  a un plan de incubadora de negocios y diseñó Sanitos de la mano de expertos que la fueron guiando para que su idea y proyecto se hicieran realidad.

Pero no sólo se desempeña como emprendedora en su hogar y su negocio... Nelly, en medio de la de por sí ya ajetreada vida de una mamá con tres hijos en una gran ciudad, da un paso más y participa en la Asociación de Padres de Familia de las escuelas de sus pequeños. Ella nos dice: "lo hago por estar al tanto de mis hijos en sus respectivas escuelas y para apoyar en lo que se pueda que beneficie a la institución y en general al desarrollo educativo, social, personal, etc. de mis hijos e hija".

Ella es de esas mamás que se involucran en la educación de sus hijos, de las que consideran que llevarlos a la escuela no es "dejarlos para que otros los eduquen", sino que tanto maestros, como padres de familia debemos ir juntos para fortalecer el pleno desarrollo de nuestros niños.

Si algo admiro de Nelly, entre muchas otras cosas, es su capacidad para mantenerse en calma, para ser ecuánime y para no aventarse de la ventana ante la primera dificultad. Es una amiga con la cual te puedes sentir muy a la par, ella te cuida, pero se deja cuidar; ella te escucha, pero también te comparte; ella siempre tiene palabras de serenidad para quienes hemos acudido en momentos de histeria y locura (como yo, tantas veces) y te sabe acompañar.

Y todo se explica cuando describe a la familia de la cual ella proviene: "La familia de la que provengo está conformada, a la fecha, por papá, mamá, una hermana (la mayor ) dos hermanos (intermedios) y yo, la más chica de edad. En general, recuerdo a mi familia muy divertida, unida, feliz, sin embargo, creo que la palabra que la define es una familia estable, con actividades rutinarias, de hecho habitamos una misma casa por más de 30 años, con amistades muy definidas, costumbres familiares muy arraigadas, en fin, mi historia familiar se resume en amor, paz y tranquilidad, lo que no significa felicidad, claro que hubo sus momentos críticos, como toda familia, creo".

Tengo el orgullo de conocer muy de cerca a los papás y hermanos de Nelly. De hecho, dos días antes de que mi mamá falleciera, sus padres fueron a visitarla a la casa; fueron las únicas personas que la vieron antes de morir, a parte de mi papá que estuvo en su lecho de muerte. Por cuestiones de distancia, ni mi hermana ni yo pudimos estar en ese momento ni verla con vida, pero me siento tranquila de que dos personas con tanta calidad humana hayan ido, sin saberlo, a despedirla con un pastel... mi madre adoraba los pasteles.

Y sí, así es Nelly, de ese tipo de gente, de ese tipo de personas y de familias que están ahí, en el momento indicado, en presencia, en pensamiento, en palabra, en oración. Y segura estoy de que sus hijos serán iguales.

Antes de ser mamá la vida de Nelly era "muy pero muy diferente", comenta ella. "Antes de ser mamá todo giraba en torno mío y creo que muy pocas veces me detenía a pensar en los demás, siempre tomé mis decisiones en función de lo que a mí me convendría. No puedo decir que haya sido mejor mi vida, por supuesto que no, pero sí muy diferente. Siento que antes de ser mamá mi día duraba más y el tiempo transcurría más lento".

Y yo pienso que eso es lo que nos pasa a muchas mamás... nuestra vida antes era de una manera y ahora es de otra. Como dice Nelly, no es mejor o peor, es simplemente diferente y para avanzar y fluir con la vida, qué importante sería -como Nelly- sencillamente aceptar esta diferencia.

¡Sí, aceptar que la vida cambia! Para ella cambió en "prácticamente todo", sobre todo en su ciclo de sueño. Nos comenta que ella estaba muy acostumbrada a dormir sus 8 horas, pasara lo que pasara y ahora... te imaginarás. (Y si pudieran escucharme aquí oirían mis risas porque también fuimos roomies y de verdad me consta que Nelly dormía sus ocho horas, plácidamente, en cambio yo era como un zoombie).

Su vida tomó otro rumbo, dejó de frecuentar algunos de "sus" lugares" y comenzó a ir a sitios donde ofrecieran entretenimiento y servicios para "sus pequeños". Cambió su rutina, sus intereses, prioridades... cambiaron "los títulos de mis libros, mi actividad profesional, mis compras, en general, cambió mi forma de ver la vida, mi sensibilidad, mi mirada, mis palabras, mis expresiones, descubrí talentos que no sabía que tenía, creo que todo es diferente, el día y la noche son diferentes. Mi vida cambió radicalmente y sin duda, es mejor".

Los momentos difíciles forman parte de esa diferencia entre la vida antes y después de los hijos. Ahí es donde sacamos a relucir las virtudes que no sabíamos que teníamos y para Nelly también los han habido. Nos comparte que cuando la salud de sus hijos se ha visto más vulnerable o han tenido algún accidente que ha puesto su vida en peligro, la sensación es indescriptible.

Y qué decir de los momentos en los que ha tenido que dejarlos llorando y se hace presente la angustia de la separación, "para mí ha sido horrible no poder regresarme a abrazarlos y consolarlos".... en verdad que como mamás, no estamos solas en ese sentimiento.

¡Pero también la ha gozado! De esos momentos han habido muchos: "¡empezando por ver y sentir como crecía mi vientre! Para mí eso ha sido espectacular, escuchar un segundo latido dentro de mi cuerpo y ver cómo va creciendo esa personita es impresionante. Pero también hay otros momentos, como cuando los escuchas decir mamá la primera vez, sus primeros pasos, recuerdo que mi hijo mayor a sus casi 4 años, parado sólo en medio de un gran escenario, dijo un poema para todas las mamás, al final se le cortaban sus palabras y me pidieron pasar a darle un abrazo, fue un momento inolvidable! Cuando les sale del corazón decirte que eres la mamá más hermosa, se borra toda tristeza."

Y ella también comparte con muchas de nosotras, sus principales miedos y preocupaciones ahora que es madre. Por ejemplo, que algo les pase a sus hijos, que se enfermen de algo grave o que se pierdan, o se los roben, o tengan un accidente. Pero también temores más profundos como "que yo no sepa encausarlos para que vivan felices, que se topen con personas que les hagan cualquier tipo de daño. Soy dramática tal vez pero eso me da miedo y me preocupa, aunque confío en que estarán bien y no actúo de forma paranoica, creo".

Nelly cuenta con muchas fortalezas para enfrentar esos miedos y este andar de la maternidad. Principalmente la paciencia, que ha ido de sus hijos, hacia las demás personas. "Como mujer me siento fuerte, capaz de enfrentarme a lo que sea, como madre y mujer me siento amada; con mis tres hijos estoy rodeada de ternura, inocencia, honestidad, sensibilidad y para mí esas son fortalezas. La creatividad es otra y también se ha ido puliendo con los años, la necesito en todo. Y no puedo dejar fuera al sexto sentido, generalmente sé cuando algo no anda bien o podría pasar algo, ese lo tengo activo todo el tiempo. Y tal vez la rapidez, eficacia y eficiencia para resolver todo tipo de sucesos como arreglarse, cocinar, limpiar, lavar, llevar a los niños a sus clases, ponerlos presentables, estudiar, trabajar, todo en el menor tiempo posible, es un reto de todos los días, y lo logro!".

A su vida le da sentido el amor, el amor a sus tres hijos, a su esposo, a ella misma, el amor por la vida. "Por amor me levanto todos los días, emprendo diferentes proyectos, trabajo, me sigo instruyendo y me sigo fortaleciendo. Si no hubiera amor en mi vida, no podría vivirla", nos confía Nelly.

Y de verdad Nelly es eso, es todo amor, es confianza, compromiso, pasión, sonrisas... y me ayuda mucho que ella hable del amor, porque pienso que en realidad es ese sentimiento tan fuerte -quizá el más fuerte de todos- por el cual las mamás nos levantamos a pesar del cansancio, de la enfermedad, de los problemas. Si todos los días hiciéramos consciente que lo que nos mueve en verdad es el amor, nuestra visión sobre la misma maternidad cambiaría.

Y es así como ella todos los días se levanta, sabiendo que una mujer como ella, puede aportar mucho al mundo. Entre las cosas más importantes que Nelly sabe que las mujeres podemos hacer, es contribuir con seres humanos amorosos, bien educados, honestos y felices. Pero esto no queda ahí, para Nelly las mujeres podemos aportar mucho más: "en la historia del mundo han existido mujeres valiosísimas que con su inteligencia, valentía, pasión, perseverancia y muchas otras cualidades han hecho aportaciones que han sido parteaguas en todas las generaciones. Si la mujer se lo propone, podría hacer de este mundo un paraíso, no lo dudo".

Una mujer como Nelly, que ha vivido intensamente su maternidad, puede compartirnos muchas herramientas que la han salvado a ella en varias ocasiones:
1.Sentido común, adelantarte a los hechos y prevenir.
2. Leer, leer, leer y poner en práctica lo leído.
3. Y algo muy importante "no abandonar nuestras propias vidas, eso es tan importante como cuidar el desarrollo de nuestros hijos, para que ellos estén bien, nosotras debemos estar bien".

Muchos son los sueños que ha realizado Nelly, pero dice ella que le faltan muchos como ser emprendedora y convertirse en una empresaria exitosa. También le gustaría viajar y la lista de lugares por conocer es larga, tener una casa fuera de la ciudad rodeada de naturaleza.

Pero Nelly tiene también otro tipo de sueños, "...no tan materiales y que también estoy luchando por ellos, como el hecho de llegar a ser una persona cercana a la gente y poderle brindar todo tipo de apoyo, sueño con poder formar parte de alguna agrupación que promueva el progreso en los grupos vulnerables, ser una especie de contacto entre la gente que necesita ayuda y la gente que puede brindarla, no lo hago por un bienestar propio pero creo que realizar estos sueños me darían una enorme satisfacción",

Y tus sueños ya los estás realizando querida Nelly; quizá no lo sepas o no te has dado cuenta,  pero YA eres una persona cercana a la gente, ya eres quien nos brinda apoyo a los que estamos cerca de ti y somos bastante vulnerables, ya puedes sentirte satisfecha porque eres un buen lugar a donde tus amigos y familia siempre queremos llegar. Tú eres esa casa fuera de la ciudad, rodeada de naturaleza, donde uno se siente siempre bien, feliz, aceptado y comprendido.

Nelly te ofrece los siguientes servicios:

Sanitos, lonches nutritivos para niñ@s de todas las edades
Surge con la idea de ayudar a las mamás del DF (por lo pronto) que trabajan o que se les dificulta preparar el lunch de sus hijos de una forma nutritiva, variada y deliciosa, de esta manera, Sanitos hace llegar el lunch a su escuela o a la mamá antes de dejar a sus hijos en la escuela, pero si la mamá o el papá o la persona que trabaja y que gusta de cuidar su alimentación también requieren su lunch, se le ofrece con porciones adecuadas y con la misma calidad nutricional que la de los pequeños. Todo en un empaque ecológico para colaborar con el cuidado del medio ambiente.
Teléfono: 04455 3141 5985
nelly.tm@hotmail.com

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