miércoles, 21 de noviembre de 2012

Un verdadero macho

Es un regalo de Dios, tener un esposo que, aún cuando somos tan diferentes en nuestra esencia de hombre y mujer, se comporta como un verdadero caballero y lo mismo cambia pañales, baña a las bebés, se levanta en las madrugadas, duerme niñas, da papillas y lava trastes. Como dice el comercial... un verdadero macho. 

Entiende que tanto él como yo estamos dando el ciento por uno. Mientras yo trabajo
 medio tiempo para aportar un poco al hogar, él trabaja tiempo completo y es total proveedor de la casa, pero también colabora en el cuidado de la familia porque sabe que hoy por hoy es tarea tanto de mamá como de papá y es vital que ambos estemos involucrados en el desarrollo de nuestras pequeñas.

Cada quien en su rol; él sin perder su papel de hombre protector, nos protege no sólo trayendo el pan a casa, sino también adaptándose con gusto a la nueva realidad de nuestra familia. Para mí como mujer-mamá, es un desafío confiar y dejarme ayudar, con la manera de ayudar de un hombre; entender que nunca será como la de una mujer, porque su manera es la de un hombre y por tanto, me enternece más y lo valoro mucho más. ¿Te suena?

No hay comentarios:

Publicar un comentario