miércoles, 31 de julio de 2013

El trabajo y la familia… ¿aliados o enemigos?

Trabajo y familia, dos temas que resultan tan cotidianos y en los cuales estamos inmersos día con día, pero que pocas veces nos ponemos a reflexionar sobre el dilema que causan a millones de personas diariamente.

Hoy por hoy, tanto hombres como mujeres se enfrentan al reto de cumplir exitosamente con las exigencias de su trabajo profesional, pero también de cumplir cabalmente con su papel de padres o madres de familia.

La cultura laboral en nuestro país, todavía favorece esquemas en los cuales pareciera que los ámbitos profesional y familiar van por caminos distintos, lo cual coloca al trabajador en situaciones de desgaste físico y emocional. A parte de este desgaste, uno de los dos ámbitos es descuidado por la persona: si quiere dar el cien por ciento en su trabajo, descuida su familia y si quiere dar el cien por ciento en su familia, descuida su trabajo.

Todo esto se convierte en un círculo vicioso: tal pareciera que trabajo y familia son dos áreas completamente lejanas y que es imposible conciliarlas ya que por lo general, el trabajo exige más de nuestro tiempo y esfuerzo pues representa el lugar de donde obtenemos el sustento para poder satisfacer de las necesidades básicas a nuestra familia.

Si queremos brindar una vida de calidad a nuestros hijos, entonces tenemos que procurar proveerles de vestido, alimento, educación, salud, entretenimiento y para ello necesitamos recursos. Los recursos los obtenemos trabajando y recibiendo un pago, por tanto, no podemos darnos el lujo de perder nuestro trabajo, necesitamos cumplir fielmente con horarios y reglas escritas establecidas por la institución y muchas de las veces cumplir con las reglas “no escritas”, como quedarse hasta tarde por si algo se ofrece, realizar más actividades de las que las funciones del puesto implica para demostrar capacidad y disposición, o simplemente para conservar el empleo, entre muchas otras.

Y aquí va de por medio la familia, pues con tal de tener lo indispensable o más para satisfacer sus necesidades básicas, muchas veces el trabajador resta tiempo de convivencia con sus hijos o esposo (a) y también le resta tiempo a su cuidado personal.

Cuando trabajo y familia son enemigos, el resultado puede resultar muchas veces desastrozo. Problemas de salud personales, o de la familia, bajo rendimiento en la escuela por parte de los hijos, deterioro en la relación de pareja, estrés, neurosis y todos los problemas derivados de descuido a la familia, que bien ya conocemos.


El desafío entonces es que trabajo y familia sean aliados, y para ello resulta imprescindible que exista un balance.

Continuará...

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