miércoles, 11 de agosto de 2010

¿Desarrollo como mujer?

Se habla mucho de un término que denominamos "desarrollo como mujer"... Sí, oímos decir a la gente frases como "nunca dejes tu desarrollo como mujer... ahora que te cases no dejes tu desarrollo como mujer... qué bueno que tengas una familia e hijos, pero no olvides tu desarrollo como mujer... prepárate, estudia, trabaja, para que no pospongas tu desarrollo como mujer".


Mucho tiempo estuve del otro lado de la trinchera. Del lado profesional, de lado del prototipo de mujer joven de película de Hollywood, esa mujer que trabaja, gana buen dinero, es independiente, profesional, líder, exitosa. La mujer que va y viene todo el día en la gran ciudad, que conduce su propio auto a cualquier hora del día y de la noche. Esa mujer que no rinde cuentas a nadie más que a sí misma, que saliendo del trabajo va al gimnasio y luego todavía se reúne con sus amigos en un rato bohemio con una copa de vino tinto y una buena pasta. O aquella mujer que puede desvelarse en un buen bar cubano o en un delicioso pub irlandés de la Condesa y al día siguiente levantarse a trabajar temprano como si nada.

Esa mujer que viaja, que consigue, que obtiene reconocimientos por su trabajo, que influye en la sociedad con su palabra, cuyo intelecto se nutre todos los días. Que se alimenta del bien común, que sueña, que goza, que va a misa y que todos los días pide a Dios por que le permita formar una familia, pasar del otro lado de la trinchera, encontrar a un buen hombre, un hombre que corresponda su amor porque en el fondo sabe que le hace falta una parte, su complemento para sentirse plena.

Estuve de ese lado de la trinchera en que la comida se echa a perder en el refrigerador… en el que se compra un jabón para lavarse el cuerpo, otro para las manos, otro para la piel seca, otro para la celulitis, otra para la piel grasosa, otro exfoliante, otro para los pies, otro para la cara y otro... de ese lado en el que se acaba cenando atún con lechuga pre-desinfectada y desayunando algo del Oxxo o en el mejor de los casos y del sueldo, un delicioso bagel con queso crema y mermelada de fresa con un capuchino deslactosado light del Starbucks.

Y cómo disfruté ese lado de la trinchera, dicho sea con todos los honores y los mejores recuerdos. Es más, brindo por ese lado de la trinchera que me dejó tantos aprendizajes, tantos amigos que ahora son mi familia, tanto amor y sobre todo, lo que ahora soy.

Ahora estoy del otro lado... completamente del otro lado... y estoy aquí porque así lo decidí. Porque sentí que era lo mejor para mi vida, que era lo mejor para mí, para mi esposo y para el nuevo proyecto de vida que comencé el 23 de mayo de 2009 al casarme.

Confieso que muchas veces he pensado si ha sido lo correcto, si no me habré equivocado. Ahora estoy totalmente del otro lado, quienes me conocen sabrán que soy algo radical, entonces vaya que cambié de A a B de un tajo. De pronto un día me vi lavando trastes todos los días, haciendo la comida puntualmente, haciendo frijoles y arroz lo cual en mi vida era algo así como un misterio de la ciencia... administrando cada centavo y ver cómo los milagros existen¡¡¡¡ ¿cómo es posible que antes con más dinero hacía menos cosas y siempre estaba endeudada?? y ahora con menos dinero alcanza para más...

Ahora estoy del lado de las que la comida nos alcanza y si se nos echa a perder por equivocación, nos pasa por la cabeza la típica frase chocante de "hay tantos niños en África que no tienen para comer" y entonces nada más le damos una olfateada y si no huele tan mal, pues la ponemos en unas tortillas y qué ricos tacos dorados nos vamos a comer mi amor¡¡¡¡

De repente, estoy del lado de las que hablan con el plomero, con el albañil, con el de la luz, con el de la basura... menos con el lechero, cabe señalar¡¡¡ jajaja. De repente descubrí que en el supermercado los productos tienen precio¡¡¡ si¡¡¡ y que hay algunos que cuestan más que otros. También hice el gran descubrimiento del ticket en el supermercado, esos que te entregan al final de tu compra y que vale la pena checar para descubrir cuántas cosas te han cobrado de más... y luego reclamar por la devolución del dinero.

Si, también recordé que con un solo tipo de jabón se puede lavar todas las extremidades del cuerpo, incluso las que no son tan extremosas –aunque prefiero hacer algunas diferencias-.

Ahhhh, ahora estoy del lado de las que van a reuniones de vecinas que platican sus anécdotas con el marido y con los hijos, “es un mundo raro” me digo... hace unos meses mis pláticas eran de grilla y de problemas amorosos porque "todos los hombres eran iguales", pláticas en medio de una botellita de Casillero del Diablo y un buen cigarrito. Ahora, todos los hombres siguen siendo iguales, pero las pláticas son en medio de café y galletitas y los temas son de ese mundo raro que ya me está siendo menos raro.

Hace unos meses mi vida era muy diferente... comía lechuga y nopales para adelgazar, ahora veo cada día cómo mi estómago crece y crece y no sólo eso… se mueve¡¡¡ Ahora al ir de compras al otro lado, me di cuenta que para mí sólo compré dos pantalones y una blusa, todos con elástico y los dolaritos se fueron en mamilas, carreola, termómetro, cobijitas...

Hace unos meses pensaba y soñaba en algunos anhelos. Ahora veo que esos anhelos están en mi vida, mientras pienso cómo se cambiarán los pañales, cómo será eso de dar pecho... al momento que esa nueva vida dentro de mí me da un golpecito en la panza como diciendo "no te preocupes, yo te enseñaré".

Hace unos meses pensaba cuándo sería el momento en que ese anillo llegaría a mi dedo anular izquierdo, ahora pienso en cómo hacer feliz a mi esposo, cómo ser la mejor mujer, la mejor esposa....

Hace tan sólo unos meses tenía insomnio por las noches porque algo en el trabajo andaba mal, ahora me despierto en las madrugadas ya sea para ir al baño, o ya sea para cambiar de posición y que mi estómago no se aplaste, o ya sea pensando cómo será cuando por fin mi hija nazca.

Qué bendición, vivir de un lado o del otro de la trinchera.

Desarrollo como mujer... es por eso, desde acá, desde el punto donde ahora me encuentro que, a veces pienso hemos limitado ese concepto a lo profesional-laboral-remunerado...

Desarrollo como mujer... trabajo, preparación, dinero, éxito, viajes, estudio. Sí, son parte del desarrollo como mujeres al que tenemos derecho. Sin embargo hoy he aprendido que también implica este otro lado... el hogar, la maternidad, la pareja...

Algunas mujeres podrán optar por sólo desarrollar la parte profesional-laboral, algunas otras ya sea por necesidad o por gusto optarán por combinar ambas partes, la de conciliar la familia y el trabajo (mis respetos a ese arte) y, otras tantas, optarán por dedicarse al hogar y la familia de tiempo completo.

Todas las decisiones anteriores son válidas, respetables, admirables y yo no me atrevería a cuestionar ninguna, al contrario. Sin embargo lo que hoy quiero decir es que "el desarrollo como mujer" también implica el otro lado de la trinchera. El lado no remunerado, el lado que no tiene reconocimientos monetarios o sociales. Ese lado que a veces nosotras mismas hemos desdeñado, ese lado en el que se ve a la mujer en casa como bicho raro, como símbolo atemporal, aún para las mentes más conservadoras y en pro de la familia.

Lo que quiero decir es, hagamos visible también este lado e incluyámoslo en el término "desarrollo como mujer".

Soy dichosa de que Dios me permitiera vivir de los dos lados de la trinchera, quizá para mí tenga preparado después el reto de conciliar la vida laboral y familiar. Él sabrá cuándo es momento y yo también lo sabré en mi corazón.

Por lo pronto, ambos los he recibido con amor para mi vida... para algo han estado y están; ambos tendrán sus momentos en mi vida...

Atentamente

La guerrera de las primeras dos trincheras

2 comentarios:

  1. Me encanto tu artículo!, me siento super identificada!..gracias por compartirlo. Lucía

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  2. Gracias Lucía!! eso es lo bueno de poder compartirlo, que al sentirnos identificadas nos damos cuenta de que no estamos solas y que, hasta cierto punto, no estamos tan loquitas como a veces creemos, jejeje

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