martes, 4 de febrero de 2014

Algunos tips para ser mamá y no morir en el intento

Ser mamá, es sin duda un regalo hermoso de la vida, una experiencia única, impresionante, indescriptible, que llena el corazón... pero también es ¿por qué no decirlo? un tanto cansado...

Sin caer en lo que el autor Aquilino Polaino nombra como "el discurso individualista" en su libro "¿Hay algún hombre en casa?" en el que "socialmente tener hijos se percibe como complicarse la vida, dejar de pasarlo bien; en definitiva, un modo absurdo de perder la libertad", es importante que como mamás reconozcamos también que muchas veces nos sentimos angustiadas, agotadas o incluso pasamos por momentos de incertidumbre y quizá hasta tristeza ante los retos y cambios que nos representa la maternidad. Ojo: eso no hace a la maternidad o paternidad indeseable.

Oscilamos entre una carga de emociones encontradas como nunca en la vida: amor, ilusión, esperanza, ternura, hasta cansancio extremo, enojo, desesperación... todo esto es normal y nos sucede en mayor o menor medida a todas las mamás: "La maternidad y la paternidad entrañan una carga de responsabilidad y sacrificio, pero también -y esto lo omite sistemáticamente el discurso individualista- poseen una enorme carga de alegría, gozo y felicidad", diría Aquilino Polaino.

Te preguntarás "bueno, y entonces ¿qué puedo hacer para que la carga de gozo sea más fuerte que la de agotamiento?". Aquí te presento algunos tips que yo pongo en práctica ahora que soy mamá... Ojo: a veces fallo y a veces no hago todo al pie de la letra, más bien, procuro hacerlo.

1. Házte la vida más sencilla y deja de ser auto exigente en extremo:
Queremos una vida de revista, que todo sea perfecto, que la casa esté muy limpia y ordenada como en las revistas de decoración, que la comida se vea casi como en las revistas de cocina. Nos complicamos en casa y en el trabajo profesional. ¿Y por qué no facilitarnos la vida? Procura aquellas cosas sencillas, que, sin caer en un estilo de vida chatarra, te aligeren la existencia. Para ello es imprescindible bajarle dos rayitas a la auto exigencia sabiendo que estás haciendo lo mejor que puedes; a veces con poco se puede hacer mucho y la creatividad te ayudará a darles lo mejor a tu familia, de una manera sencilla.

2. Pide apoyo.
Lo siento, temo decirte que no eres "Súper mamá todo poderosa". Sé que tú sabes hacer muy bien las cosas y nadie como tú para cuidar de tus pequeños, pero por favor, pide ayuda de vez en cuando. Quizá tus padres, tus suegros, hermanos, tíos, primos, vecinas, amigas, la misma guardería y obviamente tu esposo. Todos ellos tienen la capacidad y pueden apoyarte en algunos momentos; obviamente no te encajes, pero piensa que, en el caso sobre todo de otras mamás como tú, quizá más de alguna requiera que tú también la apoyes en algún momento. Es normal que sientas miedo de dejar a tus hijos con alguien más, incluso aunque sea de la familia, sin embargo tienes que ir avanzando a tu ritmo, en la confianza.

3. Aliméntate bien y haz ejercicio.
Más allá de pretender ser Miss Universo, es importante que comas a tus horas, 5 veces al día, que incluyas verduras, fruta, proteína, que no te malpases para estar saludable y con energía. Hacer ejercicio no implica necesariamente que hagas 5 horas a la semana de spinning ni que te metas al pilates, ni que te inscribas al 21k. Se trata simplemente de darte el tiempo de salir a caminar, bailar, para generar enorfinas, para liberar el estrés.

4. Medita, haz oración, pasa tiempo a solas.
Busca momentos para estar sola, contigo misma, para pensar y meditar; pero sobre todo, busca platicar con Dios, comentarle de tus planes, de tus preocupaciones, dejarlo todo en Sus Manos y descansar en El. Recuerda: "Dios conmigo ¿quién contra mí?".

5. Cultívate y haz algo por ti.
En la medida que puedas, procura leer algún libro que te interese, no necesariamente de temas sobre maternidad. Escucha música, tómate un café con tus amigas o tú sola, inscríbete a talleres o cursos. No necesitas gastar muchos dinero, si te lo propones puedes encontrar cosas gratuitas o a precios muy económicos. La idea es que tu mente se despeje y que puedas pensar en algo más que el trabajo, la comida, los pañales... Tampoco tienes que leer un libro al mes, si puedes leer una página diaria al menos, ya es ganancia (sabes a lo que me refiero). Habla de las cosas que te agobian, busca a una amiga de confianza, desahógate, las mujeres necesitamos hacerlo.

6. Relájate y disfruta el tiempo con tus hijos.
Cuando estés con tus hijos, concéntrate en ellos en la medida que puedas. He visto cómo cuando estamos con ellos por las tardes y tenemos cosas pendientes por hacer del hogar o de la oficina, entramos en esas situaciones de estrés desagradables. Claro que hay situaciones excepcionales en las que no queda de otra que hacer lo pendiente aún estando con los hijos, pero si es posible, mejor disfruta estar con ellos. Juega, hagan la tarea juntos, lean cuentos y si van a ver un pequeño rato las caricaturas, velas tu con ellos y dialoguen sobre lo que vieron.

7. Pon reglas pero también sé flexible.
Para estar más tranquilos en familia, es importante tener reglas y que se cumplan. Tener horarios, rutinas y que los hijos participen en el establecimiento de las mismas. Todo esto ayuda mucho a que ellos tengan certezas y reducir el desorden y con ello el estrés. Sin embargo, aprende también a ser flexible si alguna vez la rutina, las reglas o los horarios no se pudieron cumplir al cien por ciento. Para ello, tú también tienes que desarrollar una gran tolerancia a la frustración. De verdad, sin un día no fue tan perfecto y en orden como lo esperabas, no pasa nada.

8. Ten citas con tu esposo.
Los hijos llegan pero algún día se van a ir.... vendrá el nido vacío y quizá mires a tu esposo como "ese desconocido" pues tal vez unos 28 años de su vida como matrimonio se enfocaron más a los hijos que a ustedes como pareja. ¡Por favor! ten citas con tu esposo, de vez en cuando salgan a desayunar, a comprar un café, a un museo, al cine, o simplemente a caminar al parque. Dicen que lo mejor que puedes hacer por tus hijos es amar al padre de tus hijos.

9. Duerme lo más que puedas.
Ya sé lo que estás pensando: "y a qué hora"... Sólo te diré, en cuanto puedas: Duerme. El sueño es reparador.

10. Se paciente, seguramente no avanzarás tan rápido como tú quieres. Tolera la frustración (otra vez). Te lo digo por experiencia personal, ser mamá te cambia la vida y hay situaciones en las que no avanzarás tan rápido como lo harías si no tuvieras hijos; esto no te hace peor, ni significa que nunca vayas a seguir con tus sueños, ni significa que tener hijos sea una condena para tu vida. Al contrario, te llenan de otros aprendizajes que te preparan para enfrentar la vida con una visión distinta; ten paciencia, sí vas a llegar a donde quieres, paso a paso.

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