sábado, 1 de marzo de 2014

30 Mujeres, 30 Mamás, 30 Historias ¡comenzamos!

Día 1. Historia 1.
1 de marzo de 2014
"La Historia de las Historias"

Por fin llegó el primer día de esta locura de contar 30 historias, de 30 mujeres, de 30 mamás. Hoy no voy a comenzar por la historia de una de mis mujeres, voy a aprovechar que marzo tiene 31 días y empezaré por contar por dónde surgió todo esto.

La verdad es que bien a bien no sé ni por dónde comenzar. Quizá surgió todo hace unos años, unos 10 años; era yo una mujer soltera, en pleno crecimiento profesional, tenía 26 años y todo un camino por recorrer. Comunicóloga de profesión hasta ese momento, no imaginaba que meses después la vida me llevaría a estudiar la Maestría en Psicoterapia Humanista y mucho menos me imaginaba que llegaría a trabajar a un lugar, en el que el tema principal de mis funciones era la mujer.

Una muy querida amiga, que por supuesto estará dentro de estas 30 historias, me invitó a trabajar a FONAES, institución del Gobierno Federal que se dedicaba a apoyar con créditos a personas del sector rural o de la ciudad pero con escasos recursos para que fueran emprendedores. En FONAES entré a trabajar a la Coordinación de Equidad y Desarrollo Productivo de la Mujer, iba yo a desempeñarme en el área de relaciones institucionales y también de capacitación a las mujeres empresarias que este Fondo apoyaba.

Ahí llegué, sin saber mucho de equidad, ni del techo de cristal, ni de conciliación familia trabajo, ni de cuotas de género, ni de nada de todo lo que se comentaba en esos menesteres. Al principio sentía que me hablaban en chino, pero poco a poco fui entendiendo, porque lo fui comprendiendo en mi propia vida como mujer, lo fui haciendo vida y lo vi en tantas mujeres emprendedoras del campo, de zonas con pocos recursos, mujeres valientes que no sólo eran mujeres, eran madres, eran jefas de familia muchas de ellas, eran empresarias, eran hermanas, eran hijas....

Lo vi en tantas mujeres que trabajábamos juntas en esa área, mi propia amiga que me invitó y que era mi jefa y en la cual pude constatar el gran reto que tiene una madre por al trabajar remuneradamente y atender a su familia.

Ciertamente en ese momento traté de entender todo, lo más que pude, pero yo no era mamá en ese entonces y ahora que soy mamá entiendo con mayor profundidad lo que sienten cada una de las mujeres que estamos enfrentando en el día a día, una batalla constante.

Así fue como conocí este tema y me apasionó, y así fue que luego me casé, tuve mis hijas (2 hasta el momento) y que comencé a vivir en carne propia lo que antes experimentaba a través de otras mamás.

Y quise ahora hacer este reconocimiento, a propósito del Día Internacional de la Mujer. ¿Por qué hacerlo sólo con mujeres que son mamás? En ningún momento es por menospreciar a las que no lo son, al contrario; yo también lo fui y valoro muchísimo todos los desafíos que diariamente enfrentan en un mundo en el que todavía no queda muy claro que hombres y mujeres somos diferentes en muchas cosas, pero iguales en dignidad y en el acceso a las oportunidades.

No soy de las que piensa que hombres y mujeres debemos estar peleados, ni que la mujer deba renunciar a su esencia con tal de alcanzar el éxito, tampoco creo en que sólo por el hecho de ser mujeres la sociedad nos tiene que dar lugares para irnos a un 50 y 50. Creo en las cuotas de género como una medida temporal para lograr abrir caminos a las mujeres, ya que durante mucho tiempo esos caminos se nos han cerrado, pero creo más en que debemos llegar a que las oportunidades se otorguen a las personas por su capacidad, independientemente de si eres hombre o si eres mujer.

Pues bien, en este momento de mi vida en el que ahora estoy, confieso que sí me ha llegado a pasar. Desde que me casé y soy mamá, sí he sentido muchas ganas de seguir creciendo profesionalmente, pero a veces lo he sentido muy lejos, he sentido que ese camino se pone más difícil ahora. Sí he sentido ganas de tener éxito, reconocimiento y hasta el sueldo que ganaba en mis mejores épocas cuando era soltera.

Todo eso es parte del pasado, pero creo que las mamás a veces también sentimos que lo necesitamos. Y es que socialmente se nos impone a las mujeres una gran carga, como que hoy el pensamiento sobre la maternidad se ha vuelto un poco despectivo. Como que a las mujeres nos han metido (o nos hemos metido solitas) en una lucha feroz por querer destacar, por seguirnos desarrollando profesionalmente, por tener triunfos, por demostrar que sabemos hacer muchas más cosas que educar a los hijos. Nuestra generación es esa generación de mujeres que estudiamos carreras, maestrías, doctorados, que accesamos a buenos puestos laborales, que nuestros propios padres nos exigieron ser autosuficientes, que nos aterraba que los demás pensaran que estábamos estudiando "mientras me caso".

Y si bien todo esto ha tenido un lado muy positivo, ya que las instituciones no serían las mismas sin el aporte que las mujeres hacemos, por otro lado la maternidad se ha menospreciado, a veces se le cataloga como "eres ama de casa.. entonces no haces nada", se le ve muchas veces como esclavitud, como retroceso, como conformismo... cuando la realidad es que es algo excelso y de gran valor.

Y así estamos las mujeres hoy, oscilamos entre todos estos temas que nos cuestionan, que a veces nos ponen a sufrir, que a veces nos generan culpa, pero finalmente ahí estamos. Cada quien con sus decisiones de vida muy válidas en todos los casos y circunstancias.

Por eso quise hacer este reconocimiento a las mujeres que son mamás, porque sé que muchas de ellas son heroínas en silencio, muchas son guerreras desconocidas, sin reconocimientos "del mundo" y que sin embargo, nada más y nada menos estamos formando ciudadanos, en el mejor de los casos, personas de bien para la humanidad.

Es por eso también que a lo largo de estos 30 días vas a leer historias de jefas de familia, de mujeres con esposo, de mujeres con un hijo, con 4 hijos, con 5 hijos. De mujeres que trabajan en alguna institución, de mujeres emprendedoras, de mujeres que trabajan en su casa remuneradamente y de mujeres que son amas de casa y que no reciben ningún salario, de mujeres que son luchadoras sociales, de mujeres que llevan la vida en su vientre. Todas somos mujeres, todas somos mamás y todas tenemos mucho qué contar.

Espero que este camino sirva para compartir experiencias, para que nos sintamos identificadas, para que nos sintamos fuertes también. Hablaremos de los miedos que tenemos las mamás, de los cambios que hemos experimentado, de nuestro sentido de vida, de lo que nos mueve, de lo que ha sido más difícil pero también más gratificante; hablaremos de lo que muchas de ellas hacen para ganarse la vida y espero en verdad, que se abran puertas para todas, poner un granito de arena para que cada una llegue a donde en este momento quiere llegar.

Y si esto sirve para aportar algo en el mundo de las redes sociales, que sea para valorar más a las mujeres, para valorar más a las mamás.

Ojalá nos puedas apoyar y compartir estas historias.

Con mucho cariño, emoción y algo de agotamiento...

Mujer, mamá, profesionista, amiga, hermana, esposa, luchadora social...Liz

PD: Me puedes seguir también en mi página de FB: La Mamá Primeriza y en mi cuenta de twitter @lizmendivil






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